La continuidad del banco de libros de texto, supeditada a la firma de un convenio con la Xunta
Por Alejandro Espiño
El banco de libros de texto del Concello de Pontevedra solo tiene una vía para poder seguir abierto. Y depende de la voluntad de la Xunta de Galicia, según señaló la concejala de Bienestar Social, Carmen Fouces, tras la reunión que mantuvo este martes con directivos de colegios pontevedreses y representantes de Fanpa Pontevedra, asociación que recientemente mostró su preocupación tras el anunciado cierre de esta iniciativa.
El gobierno gallego está sondeando la posibilidad de que cada centro escolar cuente con su propio banco de libros, que estaría gestionado por los propios colegios o por las asociaciones de padres. "Para eles é unha complicación de campionato porque é unha responsabilidade que lles sobrepasa", señaló la edil del BNG. De ahí que Pontevedra ofrezca su experiencia en este ámbito y se muestre dispuesto a asumir su organización.
Pero para ello sería necesaria la firma de un convenio entre la Consellería de Educación y el Concello de Pontevedra. Tanto los colegios pontevedreses como Fanpa Pontevedra se han ofrecido para tratar de presionar al gobierno autonómico para que acceda a esta vía intermedia que permitiría que el banco de libros municipal pudiese seguir abierto y gestionando el préstamo de los manuales a las familias que lo soliciten.
Carmen Fouces afirmó que la Xunta "acertaría de pleno" si apuesta por crear los bancos de libros en los colegios "porque non é de recibo que en función do concello no que vivas, os país teñan que pagar ou non polos libros de texto dos seus fillos", pero pidió a la Xunta de Galicia que aproveche la experiencia de ayuntamientos como Pontevedra. Si es así, dijo, "nós encantados, porque o obxectivo é que o gasto sexa mínimo para os pais".
Lo que no tendría sentido es que el Concello de Pontevedra siguiera apostando por un banco de libros paralelo, un intrumento que "funcionou moi ben mentres a lei o permitiu". Pero la nueva legislación, que ha supuesto ya un cambio de manuales en ocho centros de la ciudad, y la normativa del denominado cheque solidario, que obliga a depositar en los colegios los libros que se devuelven, impiden su continuidad con el modelo actual. "Sería absurdo", concluyó la responsable de servicios sociales.