Pontevedresas ante el techo de cristal de ser mujer en la Galicia contemporánea
Por Natalia Puga & Mónica Patxot
Victoria Portas, trabajadora sindical. Lucía Pedroso, emprendedora. María José Obelleiro, especialista en el ámbito social. Teresa Casal, política y abogada. Cuatro perfiles diferentes que podrían llegar a ser tantos como los 1,4 millones de gallegas que figuran en el último censo del Instituto Galego de Estadística. Cada una distinta, cada una con sus circunstancias, pero todas con algo en común: son mujeres y cada día se enfrentan al techo de cristal que supone tener un nombre femenino en la Galicia contemporánea. A pesar de la lucha de décadas, de los logros alcanzados, de las leyes promulgadas, las cuatro coinciden en que sigue existiendo esa barrera invisible, impuesta por la propia sociedad, que les impide alcanzar la igualdad plena, tanto en el ámbito laboral como en el social. Y que la crisis de los últimos años la ha vuelto más resistente.
PontevedraViva cita a las cuatro en torno a la misma mesa en la apertura del ciclo informativo 'Almorzos no Carabela'. Compañeras de tertulia inesperadas que, nada más sentarse, tan sólo con compartir sus experiencias personales, ya realizan una radiografía de la situación de la mujer hoy en día. Hora y media de coloquio da mucho de sí y afloran algunas diferencias de interpretación irreconciliables, pero también puntos de encuentro que prueban que da igual el sector de actividad o la cultura en que se muevan, como mujeres, se enfrentan a situaciones comunes.
Algunas lo tienen más difícil que otras. María José Obelleiro, coordinadora de la Fundación Secretariado Gitano en Pontevedra, constata que en la sociedad gitana "el valor fundamental de la mujer es la familia, el matrimonio y la maternidad. Ellas, para ser realmente reconocidas en su comunidad, tienen que ser madres" y ello implica que tienen que dejar de lado pensar en su propia vida y deseos. Frente a una sociedad gallega con mayor porcentaje de mujeres que de hombres con estudios superiores, en Galicia tan sólo hay dos gitanas universitarias porque la mujer de esta etnia se enfrenta con una dicotomía: cumplir con lo que ellas quieren o ceñirse a lo que establece su cultura.
Una Galicia cada vez más intercultural deja, para Victoria Portas, trabajadora del sindicato CIG, "moita riqueza" de cara a crecer como sociedad. La convivencia de diferentes nacionalidades y culturas abre mentes, pero también deja situaciones que suponen un retroceso temporal a épocas olvidadas. En su etapa en el departamento de Inmigración de la central sindical, compobó que "hai colectivos de fora que para que unha muller lle informe e lle asesore é moi complicado", como en el caso de la cultura musulmana. Como trabajadora y como mujer, no resulta sencillo convivir con determinadas situaciones como la que le tocó pasar con dos chicos de origen marroquí que, tras conocer que ella sería su interlocutora, decidieron quedar sin consulta laboral. Eso sí, su "maior orgullo" es que dos meses después regresaron y pudo ayudarles.
Superadas situaciones de discriminación directa por el mero hecho de ser de uno u otro sexo, en la sociedad gallega aún se dan situaciones en las que, de forma velada, se exige a la mujer demostrar una valía que al hombre ya se le presupone. Lucía Pedroso, primera presidenta de la Asociación de Jóvenes Empresarios (AJE) de Pontevedra, se enfrentó a los dos días de su elección, a un comentario que las resume: "Es la primera mujer, está por ver si superará todo lo que han hecho los hombres". Una personalidad fuerte como la que caracteriza a estas cuatro mujeres permitió a Lucía reaccionar pensando: "No, no estoy aquí para superar al anterior ni a ningún hombre. Estoy para trabajar".
Pero el comentario no era inocente ni una excepción. En la vida privada y en el ámbito laboral, los prejuicios son constantes y los más duros les han llegado a ellas de las propias mujeres. A Teresa Casal, "hai moitas críticas que me molestan moito máis se veñen de mulleres". Y le han llegado muchas. Ex secretaria general de la UNED en Pontevedra, política por el PNG y Unidade Galega, ex concejala y ex teniente de alcalde por el PSdG-PSOE. Una mujer en lo que erróneamente se ha considerado un mundo de hombres y que ha tenido que soportar estar bajo los focos de atención por cuestiones tan ajenas a su trabajo como "se cuchicheaba algo con Lores (alcalde de Pontevedra), polo morbo de que foramos unha muller e un home, xa me facían a foto".
Las cuatro mujeres que participan en la tertulia en los soportales de la cafetería Carabela comparten, a pesar de lo dispar de su actividad laboral, una dificultad común que suele actuar de freno para el avance del sexo femenino hacia cargos de representación tanto en la empresa privada como en asociaciones e instituciones: la maternidad. Victoria Portas, madre de mellizas, considera que "unha muller ten que ter fillos cando realmente lle apetece ser mamá", pero Lucía Pedroso, con un hijo, le aporta una visión pesimista porque "hay momentos que si tienes tu carrera y te interesa tu vida profesional, es complicado, es imposible".
Victoria Portas: "Antes de quedarse embarazadas xa veñen preguntarche cal vai a ser a súa situación posterior"
El momento lo es todo. Teresa Casal, con tres hijos y un nieto, vivió su maternidad en una época en que "arramplabas con todo" y tuvo que superar las dificultades de largas jornadas laborales en la UNED en las que llegaba a casa a la hora a la que otras madres ya habrían acostado a sus hijos, pero es consciente de la situación actual y de que "agora, como máximo, teñen un fillo cada parella porque é moi complicado". Le genera mucha tristeza. "Ás veces teño a sensación de que, co que loitamos a miña xeración, as mulleres mozas de agora relegan ese tema", lamenta.
Por su condición de autónoma y emprendedora, Lucía ni siquiera llegó a disfrutar de toda la baja maternal y ahora hay días en los que lo que mejor define su forma de organizar la vida familiar es: "tienes que buscarte la vida". Victoria tampoco lo tuvo sencillo, al encontrarse al mismo tiempo con dos bebés, una que tuvo que estar más de un mes una incubadora, y hasta que encontró plaza en una guardería pública tuvo que acumular baja, vacaciones y una excedencia.
"ÿ complicado conciliar, non quedarte embarazada", señala. De todas formas, se siente privilegiada frente a situaciones que le plantean a diario afiliadas de su sindicato, mujeres que "hoxe en día, antes de quedarse embarazadas xa veñen a preguntarche cal vai a ser a súa situación posterior". Al respecto, Teresa Casal se muestra segura de que "hai mulleres que non se quedan embarazadas por medo a que as boten do traballo", pero Lucía Pedroso no comparte esa visión tan catastrofista y asegura que en su empresa "tengo muchísimas más trabajadoras mujeres que hombres y nunca se me ocurriría decirle nada por quedarse embarazada".
María José Obelleiro: "Hay más mujeres que trabajan en el ámbito social y los directores son hombres"
Con opiniones discrepantes en cuanto a las trabas del empresario a la mujer embarazada, en lo que sí coinciden Lucía Pedroso como pequeña empresaria y Victoria Portas como trabajadora y sindicalista es en que la principal dificultad para su maternidad la encuentran en la propia sociedad. "Yo estoy segura de que en el colegio dicen: mira él hace de madre y ella de padre", valora Lucía Pedroso en alusión a que su marido es quien recoge a su hijo en la escuela y se le cuestiona por ello.
Ese tipo de comentarios son, en opinión de Victoria Portas, los que hacen que la propia mujer llegue a sentirse culpable por querer trabajar y no estar las 24 horas del día con su hijo. Así como en el ámbito laboral tan sólo ve trabas a la maternidad, a nivel social, Teresa Casal concluye que "a sociedad che corta o paso moito máis moitas veces por otras cousas e polo feito de ser muller que por que te quedes embarazada". Como ejemplo, María José Obelleiro apela a la falta de mujeres en puestos directivos en sectores teóricamente más proclives a la igualdad como los servicios sociales: "Lo normal es que sean más mujeres que trabajan en el ámbito social que los hombres y los directores son hombres".
Lucía Pedroso: "La mayoría de mis trabajadoras son las únicas que en este momento están aportando un sueldo"
El impacto de la situación económica en la situación de la mujer es el que más discrepancias genera entre este grupo de mujeres. Mientras Lucía Pedroso ofrece su experiencia y asegura que "la inmensa mayoría de mis trabajadoras son las únicas que en este momento están aportando un sueldo", Teresa Casal le reprocha que "estamos falando dun emprego precario, un emprego parcial, uns ingresos mínimos" y que lo que realmente necesita Galicia para salir adelante es "volver ter os inxeñeiros, os arquitectos, que teñan traballo aquí e que este non se convirta nun pais de camareiros nin de asistentas".
Para Victoria Portas la crisis afecta a hombres y mujeres, pero "é moitísimo peor na muller". Si bien coincide con Lucía Pedroso en que "hai moitas mulleres que levan o sueldo para a casa nestes momentos no que os seus homes non o levan", critica que "no mercado laboral que se abre neste momento a muller accede a traballos moito máis precarios".
Teresa Casal: "Estamos nunha etapa de retrocesos de dereitos e de libertades que afectan máis á muller"
Valora Teresa Casal que "estamos nunha etapa de retrocesos de dereitos e de libertades que afectan máis á muller" y le parece "tremendo" que se sustituya "por caridad" la obligación del Estado de dar bienestar a los ciudadanos. "Se se quitan, por exemplo as axudas da Lei de Dependencia, a que se perxudica é a muller", cuestiona.
Lucía Pedroso apela a la fortaleza del sexo femenino, pues "somos mucho más fuertes y podemos muchísimo mejor con las situaciones difíciles. Igual somos las más vulnerables en determinados momentos, pero somos mucho más fuertes y muchísimo más tiradoras que ellos". Este empuje se puede extrapolar al mundo empresarial, en el que proliferan las autónomas y el espíritu emprendedor es mayor que en los hombres.
Esta tertulia coincidió con la celebración del Pleno del Consello Galego das Mulleres, un organismo constituido por la Vicepresidencia de la Xunta de Galicia que tiene entre sus objetivos elevar propuestas e iniciativas a los poderes públicos, elaborar informes sobre la situación y perspectivas de la igualdad e investigar la realidad de las mujeres gallegas.