El Concello de Poio da por finalizado el proyecto para la humanización de Liñares, que contó con una inversión de 159.493,28 euros.
La actuación contribuye a "mejorar la calidad de vida, la movilidad y la accesibilidad del vecindario del lugar", según destacan desde el Concello.
El proyecto incluyó dotar al lugar de una plataforma única, con una nueva superficie de empedrado. Además, se procedió a la renovación de los servicios básicos, instalación de alumbrado y ampliación de la capacidad de la red de pluviales, así como a la eliminación del pozo de registro del riachuelo canalizado que se encontraba en el centro.
El alcalde, Ángel Moldes, se acercó hasta Liñares con el concejal de Obras y Servicios, Marcial García, y subrayó que este proyecto incluyó las principales reclamaciones del vecindario.
Las obras se prologaron durante casi un año porque, según explicó Moldes, el gobierno local apostó por modificar el proyecto inicial para hacerlo más completo, ofrecer más garantías y dar respuesta a los principales problemas que había en la zona.
La eliminación del pozo de registro del riachuelo era "una necesidad que plasmó desde el inicio el vecindario". Así, el alcalde explicó que antes había un "problema evidente para la seguridad", un hueco en medio de la plaza protegido solo por dos barandillas, y que incluso podría llegar a provocar hundimientos del firme, y ahora hay "un espacio mucho más amable y seguro, y permite poner en valor todo este entorno".