Con sus trajes y sus armas oficiales, 76 personas se mueven con tensión y sigilo durante este martes 1 en la 34ª edición del Campeonato de tiro Virgen del Pilar, que organiza la Guardia Civil de Pontevedra.
Bajo una lluvia torrencial, con cascos que reducen el estruendo del impacto sonoro de los disparos, los participantes avanzan por el circuito establecido en el campo de tiro de Cernadiñas Novas, en la parroquia pontevedresa de San Andrés de Xeve.
Su objetivo es lograr la mejor puntuación enfrentándose a una situación ficticia como si tuvieran que resolver un ataque terrorista en un espacio comercial con la presencia de rehenes.
Las tarjetas marrones son los asaltantes; las blancas, los rehenes y, según el acierto al realizar los disparos por las distintas zonas, se puntúa a los participantes.
Juan Paz, guardia civil de la Comandancia de Pontevedra, explica que se desarrollan dos ejercicios simulando ese espacio cerrado para llevar a cabo la misión neutralizando a los atacantes y rescatando a las víctimas.
Con este ejercicio de acción, explica el representante de la Guardia Civil, se logra "disminuir el estrés que crea un enfrentamiento armado y tener mayor autocontrol para este tipo de situaciones".
La prueba se centra en gestionar la tensión de combate y habituarse a estas situaciones resolviéndolas en el menor tiempo posible.
Las puntuaciones logradas se introducen en un programa informático para después extraer los resultados y comprobar quién tiene más templanza y estuvo más acertado para afrontar este tipo de acciones de peligro.
Juan Paz manifiesta una reivindicación de estos profesionales: campos de tiro de estas características para llevar a cabo sus prácticas. En sus instalaciones solo cuentan con galerías cerradas,
Reconoce que "es imposible practicar estas situaciones en galerías cerradas por el rebote de los tiros". En las galerías, las prácticas son más individualizadas con disparos más dirigidos.
"Ojalá para todos, policías locales, nacionales y guardias civiles pudiéramos tener unas galerías en campo abierto para que la gente se profesionalizara un poquito más en la práctica de tiro", señala Paz exponiendo que en esta zona solo la BRILAT como base militar cuenta con un espacio habilitado que le permite realizar estas prácticas de tiro en situaciones de riesgo.
Explica que muchos agentes acuden al norte de Portugal, donde existen campos de tiro que permiten la puesta en marcha de dos circuitos simultáneos gracias a las buenas condiciones de seguridad que presentan, completamente aislados.
Este tradicional campeonato supone un gasto importante para la organización. Ya solo sufragar la ambulancia supone una inversión de 600 euros. Tras la competición, se celebra una cena de confraternidad entre todos los participantes con la entrega de premios individuales y por equipos con sorteo de regalos.
Manuel Picón, guardia civil retirado y uno de los promotores de este evento, señala que se realiza en fechas próximas al Pilar, patrona de la Guardia Civil.
Este año se iniciiaba la semana pasada aunque la lluvia obligó a aplazar la competición, que se retomaba este 1 de octubre a pesar de que la tromba de agua continuaba mojando el terreno. "No había más fechas", explican.
En esta edición participaron numerosos integrantes de la Guardia Civil de los distintos puestos de la provincia, además de un equipo externo de la provincia de A Coruña; agentes de las comisarías de la Policía Nacional de Pontevedra y de Vigo, policías locales de Pontevedra, Poio, Vigo y Nigrán; Aduanas del Puerto de Marín; y tres equipos del ejército de tierra de la Brilat.