Miles de personas han vuelto a convertir la Feira Franca de Pontevedra en todo un éxito.
Ningún lugar de la ciudad se ha librado de este regreso al pasado, a la época en la que el rey Enrique IV concedió a la Boa Vila el privilegio de un mercado libre de impuestos de un mes.
Todo en Pontevedra ha evocado a la ciudad que había a finales del siglo XV.
Numerosos ciudadanos han vuelto a vestirse de época ofreciendo una imagen medieval masiva.
Guerreras y guerreros, mesoneras y taberneros, comerciantes de distintos gremios, damas, caballeros, nobles, campesinos y campesinas han tomado las calles y plazas del casco histórico.
Entre todos, el ambiente que se ha respirado en la ciudad ha sido espléndido, demostrando que esta fiesta gana cada año más adeptos, gracias en parte a su intensa programación, que como cada año ha incluido actividades para todos los públicos.