"Esta noche lo somos todo", prometió Eva Amaral cuando apenas llevaba unos minutos sobre el escenario y ya se había metido al público en el bolsillo con una sola canción. "Sin ti no soy nada", uno de sus himnos más reproducidos, obró una especie de magnetismo sobre el recinto ferial de Pontevedra que permaneció durante su hora y media de actuación. Por 90 minutos, el Rio Verbena Fest y los de Zaragoza fueron uno, lo fueron todo.
Con las entradas agotadas, el aforo de 9.000 personas completo y las ganas de música ya entrenadas de la noche anterior, el segundo día de conciertos del Río Verbena tenía todos los ingredientes para ser un éxito. Lo acreditó el alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, que por la tarde habló de "éxito indiscutible" y lo confirmaron ya desde media tarde las mareas de espectadores que se acercaron al recinto.
Pero si hubo un momento cumbre de la noche fue el concierto de Amaral, punto de encuentro intergeneracional que hizo bailar, saltar, gritar e incluso llorar a fans incondicionales y a aquellos que, sin serlo, en realidad corearon todas sus letras y, a medida que avanzaba el concierto, hicieron un repaso a su propia historia personal a través de la historia del dúo de Eva y Juan.
Eva Amaral confesó su "vínculo muy especial" con Galicia y logró un vínculo igual o más especial con el público haciendo un repaso por sus 25 años de música y por algún tema de su último disco, Rompehielos, empezando por el primer single que da nombre al álbum.
Avanzó la cantante que había llegado "a pasar toda la noche en la calle" y con la canción homónima trasladó a un auditorio entregado las ganas de que la noche no acabase nunca al ritmo de temas clásicos como 'Días de verano' o 'Moriría por vós', esta última dedicada al "fucking Nicolas Cage".
Hubo tiempo para bailar, pero también para reivindicar. Se acordó de la atleta Ana Peleteiro y, con un juego de palabras relativo a su especialidad, los saltos, y a los ataques racistas que ha vuelto a recibir este verano, pidió al público: "Salta, como Ana Peleteiro, por encima de cabezas huecas"
En la particular "revolución" musical que logró desde el escenario -una "luz cegadora" como reza la letra de su canción 'Revolución'- la artista interpretó uno de sus temas que se ha convertido en lema, en este caso, contra la violencia de género, 'Salir corriendo'. Se lo dedicó "a todas las mujeres que se deciden a dar un paso, el primer paso de salir corriendo de sus agresores".
Su compañero, Juan Aguirre, irrumpió también para recomendar al público el concierto que le seguía, el de Sarria, "un artista que es flipante" y, tras ver brillar su nombre en la otra punta del recinto, "solo quería recomendarlo".
Con una puesta en escena que combinó luces e con una sucesión de imágenes y una Eva que se comió el escenario, la "noche inolvidable" de Amaral concluyó con las siempre presentes 'Mis amigos' y 'El universo sobre mí'.
Eva Amaral: "Salta, como Ana Peleteiro, por encima de cabezas huecas"
Fue el momento de la noche con más espectadores vibrando al mismo tiempo, pero no el único en el que el recinto ferial se entregó. La tarde fue subiendo de ritmo poco a poco, desde Law y Mamasunción hasta Nebulossa, uno de los momentos más esperados con fans de Eurovisión llegados de toda Galicia deseosos de escuchar su 'Zorra'.
Le siguieron las versiones de los pontevedreses Black Stones y, para cuando saltaron al escenario Los Zigarros con su tema 'Rock Rápido', ya el recinto estaba lleno. Cuando pidió "me gustaría que los que se lo están pasando bien digan ouhhh yeahhhh", el grito fue contundente en el recinto.
"¿Viste a los chavales con gafas de rock Molidos a palos prender la ciudad?", comenzó Alcalá Norte, con 'Los chavales', tercer y último adelanto de su álbum de debut. Y con su rock alternativo dio paso a la "revolución" de Amaral.
Muy altas quedaron las revoluciones tras los de Zaragoza y tomó el relevo Sarria, una de las grandes promesas del rock español que ya había recomendado Juan Aguirre y logró un movimiento en masa de espectadores entre escenarios.
'Salir corriendo', unha canción dedicada "a todas las mujeres que se deciden a dar un paso, el primer paso de salir corriendo de sus agresores"
Cuando la noche se pensaba que ya estaba completa y servida, sin embargo, llegó otro de los cabeza de cartel para seguir subiendo el nivel, Lori Meyers. Los de Granada llegaron a lamentar que el público ya lo había dado todo con Amaral, pero, a medida que avanzó su show también ellos lograron esa comunión con el auditorio y lo pusieron a bailar y gritar.
Con 'Seres de luz' calentaron motores, elevaron el ritmo con 'Luces de neón', pero con 'Planilandia' su cantante, Noni, aún no había logrado esa entrega más allá del foso a la que está acostumbrado, así que no dudó en pedir: "¿nos vamos animando?". No lo logró con su siguiente balada, 'Impronta', pero sí con 'Luciérnagas y mariposas'.
El repaso a sus temas más míticos se combinó con nuevas canciones como su último single, 'Tú ya no dices nada', en el que 'Noni' compartió escenario con la gaditana Manola. Y, al ritmo de 'El tiempo pasará' y de repetir "una y otra vez", empezaron a salir conffeti, serpentinas y las ganas de bailar del público.
Con 'Siempre brilla el sol' y 'Emborracharme' consolidó esa entrega. Incluso le pidió al público, "ahora, a trabajar", para que corease solo el estribillo mientras la banda brindó con una copa de vino blanco. Ya había conquistado a los espectadores y los mantuvo en alto bajando al foso y con una traca final de 'Mi mundo es mi realidad' y 'Alta fidelidad'.
La entrega del auditorio no fue tan alta como está acostumbrada esta banda, y el propio 'Noni' lo reconoció. Entre el público, tras bailar con una fan y salir del foso hacia el recinto, avanzó: "la próxima vez vamos a poner por contrato tocar antes de las 12". La petición surtió efecto y también su petición "yo creo que podemos gritar un poco más" con los últimos acordes de 'Alta fidelidad'.
Quedaba todavía el colofón de la última jornada de Río Verbena Fest y llegó de la mano de la música experimental electrónica influenciada por ritmos tradicionales gallegos de Baiuca y el también sonido electrónico experimental de Galician Army. Despedida con la mirada puesta ya en 2025.