La Audiencia Provincial de Pontevedra acaba de condenar a un hombre con su conformidad por un triple delito: contra la seguridad vial, contra la salud pública y receptación. Le pillaron por el primero y descubrieron los otros dos y, cuando llegó a juicio, decidió alcanzar un acuerdo con la Fiscalía y reconocer los hechos.
Con su conformidad, la sentencia de la sección cuarta de la Audiencia le impone tres años y medio de prisión, multa y trabajos en beneficio de la comunidad.
Por el delito contra la seguridad vial por conducir sin permiso por pérdida de puntos, debe cumplir 35 jornadas de trabajos en beneficio de la comunidad.
Por el delito contra la salud pública sobre sustancias que causan grave daño a la salud, la pena es de tres años de prisión y multa de 31.886,4 euros.
Por el delito de receptación, se conformó con seis meses de prisión.
Los hechos de los que se reconoció autor ocurrieron en Vilagarcía de Arousa el 9 de febrero de 2020. A las dos de la madrugada, el acusado conducía un Volkswagen Polo de su propiedad a sabiendas de que por resolución administrativa había perdido la vigencia de su permiso de conducir por pérdida total de los puntos y fue detectado por agentes de la Policía Nacional.
Cuando le detectaron, trató de huir de la Policía Nacional circulando por distintas calles, pero no lo logró porque perdió el control del vehículo, se salió de la vía y el vehículo quedó parcialmente enterrado. Durante la huida, rozó un vehículo BMW X3 que se encontraba correctamente estacionado, causándole desperfecto.
Cuando lograron interceptarlo, llevaba en el vehículo sustancias estupefacientes que estaban destinadas a comercialización y difusión entre terceros, principalmente en su domicilio de Vilagarcía.
En el coche llevaba 49,46 gramos de cocaína de una riqueza del 79,18 % que hubiera alcanzado un valor de venta en el mercado ilícito de 10.628,80 euros; 310 euros en billetes fraccionados y 7,20 euros en monedas de su propiedad y provenientes de la venta de estupefacientes.
Además, en el domicilio aparecieron diversos efectos que utilizaba para la venta de droga y objetos que sabía que habían sido robados por terceras personas que no se han podido determinar. Así, tenía, sabiendo que eran robados, una bicicleta, un televisor de 49 pulgadas, un televisor de 32 pulgadas y un patinete eléctrico previamente robados a vecinos de Vilagarcía.
También tenía en su casa una báscula digital de precisión propiedad del Sergas que alguien había robado meses antes, en noviembre de 2019, en el Hospital Montecelo.