Representantes de la CIG, con el secretario xeral Paulo Carril al frente, recorrieron las calles de Pontevedra partiendo de la calle Alfonso XIII hasta las oficinas de la Seguridad Social en Gagos de Mendoza.
Las movilizaciones, convocadas en las principales comarcas de Galicia, se llevan a cabo para denunciar la negociación "escurantista" que impide llegar a una jubilación justa, según manifestaba Carril, después de mantener asambleas de delegados y delegadas del sindicato.
Afirma que se está negociando "de forma ilegal" al actuar fuera de los órganos de representación institucional, en los que la CIG debería estar participando.
Carril indica que el gobierno pretende establecer en 63 años la jubilación parcial "cando existe o triple de desemprego xuvenil" y denuncia que esto supone una prolongación de la vida laboral en situaciones que llegan a ser "insalubres, tóxicas, perigosas ou penosas".
Acusa al Ministerio de Trabajo y a CCOO, UGT y a la patronal de acometer un proceso que empeora las condiciones actuales y por este motivo trasladan el debate a los centros de trabajo y a la calle a través de movilizaciones.
La CIG reclama que se restablezca el derecho a jubilarse parcialmente a los 61 años para todas las personas trabajadoras en todos los sectores y no solo en la industria manufacturera.
También demandan recuperar la jubilación a los 65 años para toda la clase trabajadora frente a los 67 establecidos actualmente. Y la jubilación voluntaria a partir de los 35 años cotizados, reales o por aplicación de los coeficientes reductores en determinadas profesiones.
Paulo Carril insistía en que la reforma proyectada por el Gobierno central amenaza con introducir nuevos recortes en el sistema público de pensiones y por este motivo es preciso exigir una jubilación digna.