Investigadores del ámbito universitario han detectado una 'preocupante frecuencia' de normalización o negación de la violencia digital entre las jóvenes. Esta es una de las realidades a las que llega un estudio realizado a través de la Cátedra de Feminismos 4.0 promovida entre la Deputación de Pontevedra y la Universidade de Vigo.
Este trabajo es la continuidad a un primer estudio realizado el año pasado en el que se evidenció que el 58% del alumnado de la Universidad de Vigo experimentó situaciones de acoso en Instagram y que de ese porcentaje, solo un 17% las denunció. La normalización de dichas violencias digitales llevó a realizar un segundo estudio para obtener más detalles de esta problemática.
Así, para entender las realidades que puede haber tras estas actitudes y percepciones se crearon grupos de discusión en los que participaron 44 estudiantes, entre las que había 33 mujeres. Se constató que "los estereotipos de género pueden tener un impacto profundo en la autopercepción y autorrepresentación de la juventud y también en la manera en que se comunica y se presenta en las redes sociales".
Dichos estereotipos afectan además desde edades muy tempranas y les puede llevar a "sentirse obligadas a presentarse de forma que se ajuste a los estándares de atractivo y feminidad". Ahondando en las manifestaciones de esta población universitaria, la mayoría de las jóvenes reconocieron haber recibido alguna imagen sexual no deseada a través de las redes sociales.
Pese a que tienen una conciencia clara sobre lo que implica el acoso o la violencia digital y comparten que son necesarias medidas preventivas y reactivas son más heterogéneos sus criterios sobre cómo abordar el control digital dentro de una relación. Se detectó que hay quienes cuestionan abiertamente ese control y quienes lo aceptan como "parte de las dinámicas modernas de pareja". Por ello los investigadores estiman que son necesarias medidas educativas sobre los límites en las relaciones.
Xabier Martínez Rolán, profesor de la Facultad de Comunicación y Teresa Piñeiro, investigadora de la Universidade da Coruña fueron los responsables del primer estudio; sumándose en la segunda parte las investigadoras Laura Castro, Graciela Padilla y Almudena Barrientos de la Universidade da Coruña y David Caldevilla de la Universidad Complutense de Madrid.