A partir de la próxima semana, si las condiciones meteorológicas lo permiten, comenzarán a instalarse las quince señales que identificarán, en todas las vías de entradas a la ciudad, la zona de bajas emisiones de Pontevedra, que abarca todo el casco urbano de la Boa Vila.
El alcalde, Miguel Anxo Fernández Lores, explicó que estas señales costarán 6.700 euros y su instalación es obligatoria para cumplir con la normativa estatal que regula estas zonas de tráfico reducido.
Así, esta nueva señalización, que fue aprobada por la Dirección General de Tráfico, estará en todas las entradas al casco urbano y a los barrios de Monte Porreiro y O Burgo. La zona de Estribela, que inicialmente estaba incluida, quedará fuera de esta nueva regulación.
Los técnicos municipales están decidiendo los puntos concretos en los que se situarán estas señales que, por ejemplo, en el caso de Monte Porreiro estarán en Santa Margarita y en la Ponte de las Palabras.
Fernández Lores ha reiterado que esta medida no supondrá cambios en el régimen sancionador, "que seguirá a ser o mesmo que coñecen todas as veciñas e veciños da cidade", aplicándose a este respecto la ordenanza de movilidad y la normativa estatal de tráfico.
"A colocación dos sinais é unha obriga ditada desde a DXT que nos cumprimos, pero non implica ningún cambio á hora de actuar por parte do Concello de Pontevedra", ha sibrayado el alcalde
Los ciudadanos, ha añadido el regidor pontevedrés, "poderán circular exactamente igual a como facían ata o de agora", respetando los criterios existentes y los tráficos restringidos en las zonas señaladas.
Si se produce alguna variación en el futuro, que según Lores "pode habela", será siempre para reducir los tráficos innecesarios y excesivos que se detecten y mejorar la seguridad vial en la ciudad, pero no para ampliar las sanciones.