La Fiscalía pide más de 25 años de cárcel para un trabajador de ayuda a domicilio

O Salnés
22 de enero 2024

La Audiencia de Pontevedra ha señalado para este próximo jueves el juicio por un caso de violencia contra la mujer. Un trabajador del programa de ayuda a domicilio de Vilagarcía de Arousa se enfrenta a más de 25 años de prisión por siete delitos de los que fueron víctimas su novia y a la madre, diagnosticada con demencia y Parkinson

Juzgados de Vilagarcía de Arousa
Juzgados de Vilagarcía de Arousa / Mónica Patxot

La sección cuarta de la Audiencia de Pontevedra ha señalado para este próximo jueves a juicio por un caso de violencia contra la mujer que sentará en el banquillo de los acusados a un trabajador del programa de ayuda a domicilio del concello de Vilagarcía de Arousa que se enfrenta a más de 25 años de prisión como autor de siete delitos de los que fueron víctimas su novia y a la madre, que era la usuaria del servicio y estaba diagnosticada con demencia y Parkinson.

El hombre está acusado de maltrato habitual físico y psíquico por lo que Fiscalía solicita tres años de prisión; por lesiones contra la mujer se enfrenta a dos años de cárcel; por homicidio en grado de tentativ,a a 9 años y 11 meses; por lesiones en el ámbito familiar, a 12 meses de prisión; por el delito de amenazas graves no condicionadas a una pena de dos años; y por el delito de detención ilegal, a más de 7 años.

Además de las penas de cárcel, este hombre se enfrenta a varias órdenes de alejamiento y a la prohibición de portar armas, deberá indemnizar a su pareja sentimental con 27.000 euros y a la madre con la cantidad de 6.600 euros, así como al Sergas con la cuantía que se determine.

Según el relato de los hechos que recoge el escrito de acusación de la Fiscalía, ocurrió entre los años 2020 y 2022. En ese tiempo, el procesado inició una relación sentimental con la hija de la usuaria del servicio y se fue a vivir con ellas.

El ministerio público señala que, mientras estuvieron juntos, el hombre "de forma constante y reiterada" trataba a su novia con faltas de respeto e insultos y controlaba sus amistades y comunicaciones por el móvil.

También relata como en abril de 2022 el procesado propinó una patada en la ingle a su pareja sentimental, lo que le provocó un hematoma. Con todo, la víctima no acudió a ningún centro sanitario ni interpuso denuncia. El 28 mayo de ese mismo año, le lanzó una máquina de liar cigarros para impedirle hablar por teléfono con un amigo. La víctima comenzó a gritar y el procesado le tapó la boca.

Dos días después, el hombre solicitó a la mujer 50 euros y, cuando ella se negó, la amenazó diciéndole que la "iba a matar" y que "por su culpa y la de sus amigas" lo echaron del trabajo. Su pareja intentó entonces llamar a la Policía pero el acusado, "con el propósito de poner fin a la vida de su pareja sentimental", la tiró en la cama y la cogió con las manos por el cuello al tiempo que le decía que la iba a matar.

En ese momento, la madre de su novia intentó evitar que agrediese a su hija pero el acusado la empujó y la tiró al suelo, lo que le produjo un golpe en la cara.

Tras esto, el acusado cogió un cuchillo con una hoja de 18 centímetros y se lo puso en el cuello a su pareja al tiempo que le dijo que como gritase la mataba. A continuación, para que no se escapase la ató de pies y manos y a la madre le dio dos pastillas para que durmiese y se encerró con ellas en el dormitorio.

La situación se mantuvo durante las siguientes tres horas en las que el hombre no dejó salir a las dos mujeres de la habitación. Para que su novia dejase de gritar cogió un cinturón que le puso al cuello con la amenaza de asfixiarla y llevarla al monte para matarla y luego matarse él.

"Quiero verte muerta. El daño que me has hecho lo vas a pagar. Me habéis querido matar en vida", les dijo el encausado, según recoge el escrito de la Fiscalía.

La pareja del acusado le pidió ir al servicio y este le quitó las cintas de las piernas pero en todo momento mantuvo el cuchillo de grandes dimensiones. En ese momento, la madre hizo un ruido y cuando el hombre se dirigió a la habitación para ver qué pasaba la mujer salió corriendo del inmueble y se refugió en un bar cercano.