Lucía Lourido
¿Y si hay algo más? Arquitectos de la realidad
Cómo explicar algo que no se ve, ni se siente. Cuando no se ha vivido pero se cree firmemente.
Eso es lo que me sucede al intentar transmitir que hay curas para el cáncer más allá de las convencionales. Especialmente en lo relativo al factor emocional, precisamente por su intangibilidad.
Se pueden encontrar por internet explicaciones como las del científico e investigador Gregg Braden, quien demuestra cómo las emociones generan ondas electromagnéticas que modifican el ADN, y cómo el ADN modifica lo que nos rodea, y cómo éste modifica la realidad más allá de nuestro cuerpo: http://www.youtube.com/watch?v=IfZqKa2pi9c.
Más médicos, e incluso farmacéuticos, reiteran que las emociones infieren en los neurotransmisores cambiando la química de las células de nuestro cuerpo: http://www.bibliotecapleyades.net/ciencia/ciencia_consciousuniverse201.htm
Y qué de información no encontraremos sobre las reacciones químicas de sentimientos positivos como la risa o el amor. Y de las provocadas por el estrés o el miedo, además de su impacto negativo en el sistema inmunológico: http://www.20minutos.es/noticia/765428/0/
Podéis buscar imágenes del experimento realizado por el doctor Masaru Emoto, quien observa que las gotas de agua, ante la emisión de palabras positivas como "amor" o "ilusión" se cristalizan formando estructuras bellas, mientras que ante palabras desagradables crean formas horrendas.
Sólo hay que recordar que somos 70% agua, como también el mundo que nos rodea.
Se puede encontrar por internet información sobre los hallazgos del doctor Hamer y la generación de enfermedades físicas, especialmente cáncer, a raíz de conflictos y shocks emocionales.
Y también casos de gente que ven en su dolencia un reflejo de su historia vital, y se hacen conscientes del problema que les quiere transmitir su enfermedad. Mensajes como perdonar un viejo odio o rencor, debido a un posible rechazo, abandono, humillación, injusticia o traición en el caso del cáncer, o reconciliarse con su maternidad, en el caso del cáncer de mama, enfermedades ante las cuales deciden cambiar de hábitos (especialmente mentales) y llegan a sanar.
Casos que la medicina convencional tilda de "curación milagrosa" o "espontánea" porque, como dice Gregg Braden, "será un milagro porque no se entiende este campo. Cuando lo entendamos, ya no será un milagro, se convertirá en un poderosa tecnología interna."
Se pueden encontrar opiniones de médicos y doctores, como el neuroendocrinólogo Deepack Chopra, que defiende la posibilidad de autocuración mediante la expresión de las emociones y la conexión con la armonía, la paz, la risa y el amor. Cosas que yo creo, no hacen mal a nadie, pero que tampoco le reportan ningún beneficio a él.
Se puede hallar también toda la sabiduría milenaria de la medicina china tradicional, que habla igualmente sobre la parte energética (no sólo física) de la persona y sobre su capacidad de autocuración reequilibrando dichas energías, y fortaleciendo el sistema inmune.
Y hay por internet también, numerosos casos de médicos, como el doctor Javier Herráez, que se han pasado de la convencional a la alternativa porque viendo el dolor infligido a sus pacientes con quimioterapia, se preguntan si no habrá otras formas de curar más allá de lo que les enseñan en la facultad. Es así como llegan a las terapias naturales, alternativas, la china o a una combinación de varias "medicinas" en la que se respeta la elección del paciente, como en la medicina integrativa, o se tienen en cuenta los diversos aspectos de la persona (física, mental, emocional y espiritual) desde una visión más holística: http://blog.casapia.com/entrevista-al-oncologo-javier-herraez-el-cancer-tiene-cura/
Lo que no está en internet es la experiencia vivida por cada uno. Esa es la que importa. Precisamente, esa experiencia, así como la interpretación que se hace de la misma, es la que condiciona nuestras creencias. Es por lo que yo creo que hay que considerar todos esos planos (físico, mental, emocional y espiritual). Lo que no me creo es que alguien se haya inventado que somos capaces de autocurarnos con sólo perdonarnos. No me creo que esto beneficie a un ser humano cuyo objetivo no sea el puro altruismo.
Para mí, está más que argumentado lo defendido en mi ingenuo y falto de documentación primer artículo "Tratamiento cáncer".
Eso sí, si algún día, por el motivo que sea, llego a desarrollar cáncer, os digo de corazón, que ya no le tengo miedo. Después de lo que he leído, me analizaré, me reconciliaré conmigo misma, limpiaré mi dieta y pensamientos de toxicidades y me iré a curarlo a China. A China, a Fernando Rivadulla o a un médico de estos. Eso es lo que yo haré.