
Manuel Pérez Lourido
Ha pasado, está pasando
La aritmética aplicada a los resultados electorales ha resucitado a Puigdemont y su peinado imposible. Puigdemont es un tipo secuestrado por su propio peinado: se ha convertido en una seña de identidad y el pobre hombre no puede ya hacerse un corte de pelo decente.
También el ínclito Luis Rubiales ha tenido que rendirse ante sus propias feronomas. Su machismo sistémico le ha jugado una mala pasada, y a nosotros también: es imposible borrar de la memoria la imagen de este preboste trajeado y eufórico, con las piernas abiertas y tocándose la huevada con entusiasmo. Por mal que esté, el beso es una imagen asumible por las meninges; el manoseo de genitales en el palco de autoridades, a un metro de la reina de España, es difícil de procesar para un sistema nervioso convencional.
Igualmente es un reto a la lógica y el raciocinio más elemental que el PP gallego, proclamándose defensor de nuestra lengua, se oponga a su uso en el Congreso de los Diputados. Te definen tus hechos, no tus palabras. Esta frase no es una cita de nadie porque es de sentido común, y el sentido común no tiene padre ni madre.
Fracasar por vocación. A eso parece dedicado Feijoo tras su desembarco en Madrid. No debe ser nada sano sentir el aliento en la nuca de una señora que prometió poner macetas en cada balcón madrileño como medida para paliar los efectos del cambio climático. De ahí a apuntarse a una investidura solo para que retransmitan tu chasco. Rajoy no se prestaría a eso. Antes se iría al bar más cercano a ver por la tele como no lo eligen presidente.
Y, para terminar, esas declaraciones de Xavier Trias, ex alcalde de Barcelona con Junts, en las que afirma que detrás del intento golpista del 23-F estaba el PSOE. Las pruebas que aporta figuran en alguna parte de esa frase, escondidas a los ojos de todo el mundo, salvo los de Trias. Se equivocan si subestiman sus palabras. Este señor fue el mismo que generó en su cerebro y emitió con su boca este insuperable pensamiento, tras perder la alcaldía por un pacto entre PP y PSC: "que les den, que les den, que les den". Esto es todo, amiguis.