
Fernando Lugaresi
Los libros de texto escolares: Una injusticia para las familias
Septiembre está aquí, y con él llega la temporada de «vuelta al cole». Los niños y niñas de todo el país se preparan para regresar a las aulas, pero para muchas familias, esto tiene un hándicap y una preocupación constante: el precio de los libros de texto.
Esta tradición anual no solo genera preocupación en los padres, sino que también plantea algunas preguntas importantes: ¿Por qué los libros de texto son tan caros?, ¿Por qué debemos enfrentar este desafío año tras año?, ¿Es justo que el acceso a una educación de calidad dependa en gran medida de la capacidad de los padres para comprar libros de texto tan caros? y ¿no estamos en un sistema de educación público?
En primer lugar, los libros de texto escolares se han convertido en un negocio lucrativo para las editoriales. A menudo, estas empresas en connivencia con las comunidades autónomas y el gobierno central, pues tienen las competencias educativas repartidas, lanzan ediciones nuevas sin actualizaciones significativas, haciendo que los libros del año anterior sean obsoletos de forma artificial y dirigida. Esto obliga a las familias a gastar grandes sumas de dinero en la última edición, siendo completamente incensario.
¿Y qué hay de las familias que tienen bajos ingresos? Para ellos, el coste de los libros de texto puede ser abrumador e inabordable. Este gasto inicial puede convertirse en un obstáculo significativo para que los estudiantes continúen su educación en tiempo y forma, ya que no es lo mismo tener los libros el 11 de septiembre que 17 de octubre.
Las instituciones educativas y los gobiernos autonómicos y centrales deberían tomar medidas para garantizar que todos los estudiantes tengan acceso a los materiales necesarios sin importar su situación financiera en el momento del inicio escolar.
La educación es un derecho fundamental, y no debería ser un momento incomodo debido a los precios de los libros de texto. Es hora de que se garantice que cada estudiante tenga una igualdad de oportunidades real, sin importar la situación económica de cada familia.
Es momento de que se examine de cerca este problema y se busquen soluciones que hagan que la educación sea más accesible para todos, en tiempo y forma. La educación es universal y gratuita o por lo menos debería de ser así en 2023.