Manuel Pérez Lourido
Disco Music
En los años 70 estaban de moda en España las canciones de Andrés do Barro, el folk de Aguaviva y sus Poetas andaluces o el de María Ostiz con Na veiriña do mar. También sobresalían Nino Bravo, Camilo Sesto, Paco de Lucía, Serrat, Tequila, Los Diablos, el Julio Iglesias de Gwendoline o el Achilipú de Dolores Vargas. Pero lo que triunfaba musicalmente extramuros de la España una y no cincuenta y una era la música disco.
Durante la II Guerra Mundial, los locales de baile de París ofrecían música de jazz, pero las regulaciones de la Francia ocupada por los nazis prohibieron la música en directo, de modo que se empezaron a poner discos. La palabra "discotheque" (libería de discos fonográficos) poco a poco terminó refiriéndose a esos clubs donde era más habitual escuchar discos que una banda. A principios de los 60 el término llegó a los EEUU, con frecuencia abreviado como "disco".
La música disco tiene sus orígenes en la escena R&B (rhythm and blues) de Filadelfia. Este estilo derivaba a su vez del blues, el jazz y el gospel y fue desarrollado por la población negra a partir de 1940.
Fundamental para la música disco fue la aportación de los ritmos funkies sesenteros. Como en el funk, la música disco desplaza la importancia de la melodía y la armonía en favor de las líneas rítmicas de bajo y batería.
El nuevo estilo se popularizó en fiestas privadas de la comunidad gay de Nueva York. Grandes figuras de R&B como The O'Jays y Stevie Wonder empezaron a incluir elementos de la música disco en su sonido. A mediados de los 70, Gloria Gaynor y Donna Summer ocupaban los primeros puertos de las listas musicales con temas de música disco. En agosto de 1978 apareció reflejada en la revista Billboard la primera clasificación de canciones que documentaba la popularidad de la música dico. La primera canción en ocupar el primer puesto fue "You Should Be Dancing" de los Bee Gees.
Pero pongamos un poco de orden: el primer tema de música disco que llegó al nº 1 de las listas pop fue obra de un productor de Texas de voz muy profunda. Un tal Barry White, que grabó este instrumental bajo el nombre de Love Unlimited Orchestra en 1973. Pasó desapercibido hasta que los DJs neoyorquinos comenzaron a ponerlo y el sello que había firmado a White comenzó a ofrecer copias gratuitas del mismo a más y más discjockeys, provocando que los programadores de radio terminaran incluyéndolo en su rotación de canciones.
Pocos meses después, un autor de canciones llamado Wally Holmes, que había creado en Los Angeles un trío vocal (Hues Corporation) como vehículo para sus temas y pubicado un album sin demasiado éxito, vio como los DJs de las discotecas se fijaban en una canción que ni siquiera había pensado sacar como single. Cuando el sello, RCA, se dio cuenta de la situación, publicó una remezcla de ese tema con las pistas de bajo y batería potenciadas para que sonasen mejor en los altavoces de los clubes. Eso hizo que en Julio de ese año "Rock the boat" se alzase al nº 1.
Al tremendo éxito de la música disco contribuyeron de forma decisiva dos películas de 1977 y 1978, respectivamente: Fiebre del sábado noche y ¡Por fin es viernes! Los Bee Gees, tres hermanos británicos que crecieron en Australia, ya tenían una carrera musical con algunos éxitos, tanto en Australia como en EEUU, pero despegaron definitivamente con los seis temas que fueron seleccionados para contar las peripecias de Tony Manero. Tres de esas canciones alcanzaron el número uno. Despegó también la cultura discotequera, que fue abrazada también por las elites neoyorquinas tras la apertura en un año atrás de la exclusiva Studio 54. Chic, la exitosa formación de música de baile, compuso uno de sus mayores éxitos, "Le Freak" tras habérsele negado la entrada en la discoteca.
Pero el cambio de década trajo también el declive del sonido disco. En Julio de 1979 se celebró un impresionante evento anti-disco en Chicago, bajo el nombre de Disco Demolition Night. Un DJ radiofónico de Chicago, despechado tras haber sido despedido de su emisora luego de que esta mudara su sonido al sonido disco, montó una campaña contra ese estilo musical. Como culminación de la misma, los White Socks, el equipo de beisbol más representativo de la ciudad, anunció que si alguien llevaba un LP de música disco al partido de aquella noche para ser destruido in situ, podrían obtener una entrada por solo 98 céntimos de dólar. Las no pudieron dar cabida a todo el público y hubo tal algarada tras la quema de los discos en el centro del campo que se tuvo que suspender el segundo de los encuentros de aquella sesión doble. Un par de meses después, el mercado discográfico veía como el sonido retro y enérgico de una nueva banda, The Knack con su single "My sharonna", subía al nº 1 de las listas y se mantenía ahí durante seis semanas. Esto fue interpretado por muchos como una reacción contra la música disco.
Aunque el sonido disco cosechó éxitos en los primeros años de los 80s con un estilo evolucionado y simplificado ("Funkytown" de Lipps Inc. y "Celebration" de Kool and the Gang, en 1980; "Give it up" de KC and the Sunshine Band, "It's raining men" de The Weather girls, "Thriller" y "Billie Jean" de Michael Jackson, en 1982; "What a feeling" de Irene Cara y "Tarzan boy" de Baltimora, en 1983...) la música que se escucharía en los 80s sería la new wave, el synth pop, el glam, el hair metal...