Milagros Domínguez García
Ángeles verdes en nuestras carreteras
Hay circunstancias con las que no contamos, que ni siquiera en nuestra cabeza se plantearon como posibles y que sin más suceden. Cuando eso pasa trastocan nuestras vidas y nos hacen ver lo efímero que es todo y lo poco que podemos controlar lo que, en ocasiones, sucede a nuestro alrededor.
La realidad llega, se impone y en nosotros está el deber de metabolizar los hechos, interiorizarlos y encontrar en una circunstancia negativa, las partes buenas, esas que nos hacen creer en que aún queda cabida para la paz incluso ante el dolor.
Sucedió el 5 de julio del 2020. Nada hacía presagiar que aquel día cambiarían las vidas de tantas personas. Todos sabemos que ignoramos el dónde y el cuándo puede acaecer pero somos conocedores de que existe la probabilidad de que ocurra.
Antonio, su esposa María Jesús y su pequeña nieta de tres años Lucia viajaban en un coche, un corto trayecto que seguramente hacían mil veces y que, cuando lo iniciaron ese día, su mayor preocupación era llegar a un centro médico ya que Lucia se había dado un golpe y sus abuelos querían que aquel incidente que había causado una brecha en la niña fuese supervisada por un facultativo.
No llegaron al hospital como ellos tenían previsto. Un trágico accidente hizo que María Jesús perdiese la vida en aquella carretera y que ese día quedará grabado en los corazones de su familia para siempre. Se preguntarán qué puede haber de bueno en esta situación tan dramática para Antonio que veía a su esposa fallecida y a su pequeña en peligro, la verdad es que nada, salvo que descubrió en aquel momento en carne propia que los dos ángeles de verde que corrían hacia su coche accidentado salvarían a Lucía y que aquellos dos desconocidos lo acompañarían en el que, probablemente, era el momento más duro que había vivido.
Dos Guardias Civiles de la agrupación de Tráfico se entregaron para ayudar a unos ciudadanos víctimas de un terrible percance con premura, con entrega y con pericia pero además con la empatía de saber por su experiencia el drama humano que se produce en una accidente de tráfico con víctimas.
Antonio era conocedor de que la vocación de servicio iba a veces más allá de lo esperado, él mísmo, aunque retirado, es Guardia Civil y aquel nefasto día, cuando más necesitó, los tuvo allí sintiendo en su corazón roto en aquel instante, que eran lo que el destino le enviaba para que la tragedia no fuese más dolorosa aún.
Hoy día 9 de julio del 2022, en Lillo, Toledo, se llevará a cabo un homenaje a María Jesús, una mujer excepcional que ha dejado en los suyos un gran vacío pero también una semilla de grandeza que la hace ser merecedora de un gran afecto por todos los que la conocieron y recordada por la profunda huella de la humanidad que demostró tener en su vida.
Este día se homenajea también a los ángeles verdes que apostados en nuestras carreteras nos socorren en momentos tan difíciles como son los accidentes de tráfico, sin conocernos, sin pensárselo ni un segundo, nos convertimos en su prioridad.
Quienes nos hemos visto involucrados en un accidente tenemos la certeza de que es así y ojalá algún día cobremos conciencia de que al verlos cuando conducimos estamos más seguros porque yo, no sé ustedes, cuando los veo no puedo más que agradecer su presencia ya que soy consciente de que alguien, al igual que aquel día le sucedió a Antonio, encontrará paz en medio del dolor al verles llegar y sentirán la seguridad de que harán todo lo humanamente posible para minimizar los daños en las personas y que luego se irán a casa llevándose las cruentas imágenes en su retina, el dolor en muchas ocasiones por no haber podido hacer más y, posiblemente, la sensación de que no se les valora en la medida que se debería.