Marica Adrio
La importancia de la palabra dada como principio ético
El jueves hemos asistido en el Congreso a un hito importante, la aprobación de la Reforma laboral, aprobada y consensuada con las organizaciones sindicales y empresariales, una reforma que independientemente de que unos y otros consideren mejorable, es un gran avance, que va a mejorar las condiciones laborales y salariales de las trabajadoras y trabajadores, recupera la ultraactividad de los convenios, fomenta el contrato indefinido como norma, supone la llegada de fondos europeos, y sus resultados muy favorables se están viendo ya en este mes de enero en el que el paro ha bajado en 841.275 personas, lo que supone una reducción del 21,2 % interanual.
Frente a esta importante noticia, se ha asistido en el congreso a un espectáculo deplorable. Lo primero que hay que resaltar es la falta de honorabilidad, faltando a la palabra dada a su partido e interlocutores, de los dos diputados de UPN , en otros tiempos serían desaprobados y aislados de la sociedad, pues la palabra dada conllevaba el cumplimiento de la misma y no se dudaba de la honestidad de la persona, una vez dada hay que cumplir con la misma y con el compromiso que ello conlleva. Considero que debía haber un código ético y que esas conductas dieran lugar a la pérdida de escaño, pues desde luego lo que genera es desconfianza en esas personas y pérdida de credibilidad, por lo que no deberían ser representantes del Pueblo Español.
Pero es que además, el comportamiento del PP es deleznable y falto de veracidad, empezaron diciendo que era un fallo informático el voto telemático del Sr. Casero, lo que todos los diputados y senadores sabemos que es imposible, no sólo por su seguridad - se emite, se comprueba y se confirma, antes de enviar- sino porque sabemos que lo que se ha producido es un fallo humano, que ha pasado en numerosas ocasiones y no se ha podido rectificar. Escuchar al Senador, Jaime de Olano, en 24 horas manifestar que era un fallo informático y que conculcaron los derechos del diputado al no dejarle entrar en el hemiciclo en plena votación, me recuerda a la Ley del embudo "Lo ancho para mi y lo estrecho para los demás", en uno de los plenos del senado de finales del año pasado, un senador del PSOE entró en el hemiciclo cuando acababan de cerrar las puertas para la votación, aún no se había iniciado ésta, y los gritos de la bancada popular de "fuera" retumbaron en todo el hemiciclo, el Presidente del Senado -por cierto socialista- cumpliendo con el Reglamento le ordeno salir, y no votó. También hay que recordar las palabras del Presidente del PP madrileño, Sr. Almeida, que decía justicia divina, cuando una concejala, portavoz del PSOE en el Ayuntamiento de Madrid se confundió al votar y salió la propuesta del PP, pues a lo mejor ahora si que fue justicia divina, pues se aprobó una reforma beneficiosa para la ciudadanía. Lo único que demuestra este comportamiento es la no aceptación por parte del principal Partido de la oposición de las reglas democráticas, que actúa sólo pensando en sus intereses electoralistas, para captar el voto de la extrema derecha, haciendo ruido y tratando de acallar la buena noticia para la ciudadanía de la aprobación de la Reforma laboral.
Es necesario educar en valores, la ética es muy necesaria, para tener una sociedad más justa y tolerante, y los políticos debemos dar ejemplo de ello.