Jeannette Ramos Vega
27 días: Life
Hay algunos momentos difíciles que parecen ser los que definen nuestra vida. No es que seamos indiferentes a la felicidad. Pero tal vez la alegría no es el momento de aprender sino de disfrutar. Hoy he pensado en las cosas que me han llevado a la escuela de la vida. Eso que me ha movido el esqueleto para mostrarme la necesidad de la auto definición, analizar mi vida.
Los tropiezos pueden causar dolor, decepción y coraje. Somos humanos, nuestros sentimientos nos definen, nuestras acciones nos describen. Así que a través de la vida hay que aprender a pensar antes de actuar. Lo ideal sería no causar heridas en otros, pero eso es casi imposible. No tengo que resolver eso, cada cual que maneje sus frustraciones.
Caerse y levantarse. Suena simple, pero es un proceso interno de evolución. Yo no soy una mujer callada. Digo lo que pienso y cómo me siento. A menos que sean temas muy personales, entonces me convierto en una tortuga, dura y cerrada, lenta y precisa, protectora de mi. Con toda honestidad, no me importan las opiniones de otros. No necesito la compasión de nadie. Cuando tengo una situación me pregunto si puedo hacer algo por resolverla hoy, ahora. Si la respuesta es no. Entonces lo saco de mi mente, no permito que me perturbe algo que no puedo controlar. Mi segunda pregunta es cuando puedo resolverlo y cómo. Respondo fríamente, con total honestidad. Eso me da una perspectiva real. No me paso la vida sufriendo por todo de manera desorganizada. No me gustan esos dramas y no disfruto ser víctima de ninguna situación. Es válido derrumbarse, llorar, caer es parte importante de tu crecimiento. Pero no disfrutes del suelo, no te acomodes esperando que otro te levante, o que te acaricien con lástima. No olvides que somos personas de costumbres. Al final te acostumbrarás a ser el que necesita ayuda, el que no sabe levantarse solo. Inaceptable.
Pienso que podemos controlar la manera en que enfrentamos los tumbes de la vida sin dejar de sentir todas las emociones que sean necesarias. En lugar de descomponernos y tirarnos al vacío solo debemos entender que todo pasa, que mañana recordaremos lo que pasó y será parte del ayer.
Cada cosa tiene su gusto, un sabor especial. Así que por Dios, no puedes sufrir igual por todo. Hay niveles. Trata de encontrar un balance entre lo que realmente te puede afectar y lo que simplemente te molesta, o te duele pero no puede cambiar tu vida. Saca la basura todos los días. No mantengas situaciones ni personas que claramente te hacen daño o te quitan la paz. Fuera basura, fuera peste, fuera dolor, fuera sopletes de la vida que solo son nubes de negatividad. No te conviertas en una muñeca débil, expuesta, insegura. No seas la protagonista de un drama de dolores y pérdidas sin control. Aléjate de todo lo que te destruye. No trates de cambiar a nadie, el mundo tiene su razón de ser. Las obsesiones son enfermedades, son vicios que te van pudriendo desde adentro. Limpia tu casa interior. Fortalece.
Caerse es una situación, levantarse es un arte, una estrategia, una solución.
Esos momentos difíciles definirán tu vida, te irán vistiendo para el camino. No olvides poner en tu maleta un poco de todo, pero evita que sea muy pesada porque el viaje es largo. Por más complicado que sea no te olvides de ti. Saca tiempo para reconocer las alegrías, lo bueno, lo sabroso, no seas indiferente a la felicidad. Vivir es un placer carnal y una evolución espiritual.