José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: Reencuento de Navidad
Los cuatro amigos, deciden reunirse en Madrid, aprovechando la inauguración del AVE a Galicia. Comerán juntos en el barrio de las letras, y sobre todo se reirán un poco, que buena falta les hace. Tres van desde Ourense, y el otro les espera en la estación de Atocha, lugar elegido como punto de encuentro. Para evitar riesgos, y aunque ya tienen la pauta de vacunación completa, se realizan un control de saturación de oxígeno en sangre y, un test de antígenos.
Pulsan dentro de las opciones de viaje la Premium, que conlleva confort XL, poder cambiar de tren si te pierdes o llegas tarde (siempre han sido unos colegas entrañables, optimistas y creativos, pero tardones a más no poder). Suben al vagón número 4, y después de un rato compartiendo anécdotas y curiosidades varias, se bajan en la estación de tren que les pareció Madrid (su idea era que si llegaban en 2 horas y media, tenía que ser directo), y advierten su error, cuando cruzan la Puerta del Obispo, y contemplan las hermosas vistas sobre el Río Duero. A lo lejos les parece ver un cartel que pone Zamora Centro.
Lo intentan al día siguiente, y vistos los antecedentes, con el fin de asegurar viaje, pulsan en la página web de Renfe, dentro de las alternativas que le ofrecen, el extra safe stop (parada segura), que viene a ser un asiento eyectable, es decir, al llegar al destino, se acciona automáticamente un mecanismo que propulsa el asiento a gran velocidad fuera del tren, mediante un sistema hidráulico/electrónico, y una vez elevado el pasajero a los aires, despliega un paracaídas que te hace llegar al lugar dónde tú desees.
El coste del billete subió a 135 euros pero mereció la pena, porque directamente elevaron sus cuerpos, yendo a parar en pocos segundos después de una visita panorámica sui generis por el paseo del Prado, la Cibeles y el Parlamento, al restaurante reservado en el centro de Madrid. ¡Cuánto tenemos que aprender de la tecnología!
Un día soleado de invierno, con una temperatura que les permitió comer al aire libre. Hablaron, cantaron, rieron e incluso se les escapó una lagrimita por los recuerdos imborrables de los que podrían estar y no estarán estas Navidades.
Felices fiestas amigas y amigos.
@novoa48