Jeannette Ramos Vega
27 Días: El amor
El amor es una fuerza que no está atada a lo físico y no es manipulable. Existe o no existe. Se cuida a sí mismo, nace, crece y muere sin ayuda. Es una decisión. Pero una vez decides amar, es difícil deshacerse de algo que ya está dentro del corazón porque tú lo dejaste entrar, se adhiere fuerte, vive y se alimenta ahí, del pecho, del alma, dentro, nunca fuera.
El amor produce y consume a la vez. Hace cambios sin cambiar nada. Es inexperto y frágil. Madura con calma, es pausado. Duele pero se consuela a sí mismo. Conoce las locuras que provoca. Sabe cuándo tener miedo y se esconde. Los miedos del amor son a causa del amor. Crea historias con la ilusión de vivirlas. No sabe ganar ni perder porque no juega, no apuesta. Es abrigo y frío que congela y hierve. No hay espacios vacíos, no le gusta la soledad. Desorganiza con la esperanza de que todo estará organizado.
Es una estructura sin forma, una atadura sin sogas, la sed que consume todos los ríos. Se entrega a los mares y las tierras pero sigue siendo ave. No se contagia, es saludable. Sabe que cuando enferma, deja de ser, deja de existir, agoniza y muere. Si tiembla muy fuerte se cae, se levanta débil, sus caídas son significativas, sus huesos son fuertes pero cuando rompen, duelen. No es ciego, es la fe que confía en lo que no ve. Palpa, toca, seduce y gime. Tiene carne pero no es cuerpo. Tiene labios pero no es rostro. Susurra y grita, no es sordo, lo escucha todo.
El amor nos duerme para que soñemos, nos acaricia para que amemos. Es un puente muy grande que cruza el mar de lo verdadero. Baila canciones lentas que duren para siempre. Es romántico, prefiere las palabras que tengan sabor a dulce. Exige todo lo que sabe que puede dar. El amor no es hombre ni mujer, es femenino y masculino a la vez. Amante de los olores y los sabores.
El amor... es como es.