Pepy G. Clavijo
"El dinero"
Ahora que todo se mueve en torno a este "vil metal" es bueno que recordemos un poco de su historia.
En tiempos remotos el dinero no era necesario, pues si una tribu necesitaba algo que tenía otra podía "comprarlo" no con dinero, sino ofreciéndole algo a cambio.
Pero el intercambio daba lugar a numerosos problemas, un caballo no podía ser cambiado por otra cosa de menor valor, por eso el hombre inventó el dinero, que es un intermediario, pues puede cambiarse por cualquier cosa y volverse a utilizar otra vez y por distintas personas.
Los collares de conchas marinas y los cocos se usaban como dinero en los mares del Sur. Las conchas "cauri" eran duraderas y fáciles de llevar, y se han usado como dinero en todo el mundo. Las piedras se usaban en Yap (Islas Carolinas). Las más grandes se ponían a la entrada de la casa para demostrar riqueza.
En el museo de Chase en Manhattan (Nueva York) hay más de 60.000 tipos de dinero primitivo:
El "talento micénico" estaba hecho de bronce y tenía la forma de una piel de buey.
Las primeras monedas se acuñaron en el S. VII a.C. Entre ellas se encuentra el ELECTRUM, que era una mezcla de plata y oro del tamaño de una lenteja.
La palabra "dinero" procede de los romanos. Ellos construyeron una casa de la moneda en el templo de la diosa Moneta.
Generalmente las monedas son redondas y de diferentes tamaños, sin embargo en 1716, durante el reinado de Carlos XII se puso en circulación en Suecia, una moneda cuadrada y en 1958 en Ghana se hizo una con los bordes ondulados con un retrato de Kwane Nkrumah. También en España hubo ejemplos de monedas de diversas formas y tamaños.
El "moidoro" es una famosa moneda portuguesa del S. XVIII (moneda d' ouro) hecha de oro de Brasil.
Hoy casi todas las monedas se hacen con metales de poco valor: latón, cobre, níquel, bronce o cinc.
No sólo los pueblos primitivos usaban el intercambio, algunas naciones modernas y desarrolladas tienen que hacerlo si su sistema monetario sufre una gran bajada.
En Europa, después de las dos guerras mundiales tuvieron que usar esta forma de comercio, ya que sus sistemas monetarios sufrieron un gran colapso.
Cuando se inventaron los billetes el dinero fue más cómodo de llevar. Cada banco ponía en circulación sus propios billetes, aunque hoy lo hacen con el respaldo del Banco Central.
Y ahora, siglo XXI, entramos en la dinámica del Euro, por lo que ya no tendremos que preocuparnos de cambiar nuestras pesetas cuando viajemos por Europa, aunque al principio costará un poco volver a los céntimos, que en este caso no serán de peseta sino de Euro.
Cada Euro tiene cien céntimos y hay ocho monedas diferentes: 1, 2, 5, 10, 20 y 50 céntimos y 1 y 2 Euros. Son idénticas por una de sus caras y por la otra llevan un motivo propio del país al que pertenezca. En las piezas de mayor valor aparecerá un mapa de Europa, y en reverso de cada billete va impreso un puente que metafóricamente representa la comunicación entre los pueblos de Europa y del mundo.
El dólar empezó a ser moneda básica en Estados Unidos después de la Guerra de la Revolución. El nombre procede de una palabra alemana "Thal" que significa "Valle". Las primeras monedas de este tipo se hicieron en 1519 en el Valle de San Joaquín en Bolonia y se les llamó "Joachins - Thaler" (más adelante sólo Thaler) fue llevada a Estados Unidos por los alemanes y como la Th se pronuncia D la gente comenzó a llamarle "Dólar" y así sigue hasta hoy.