Jeannette Ramos Vega
27 días: Infidelidad
A veces nos convertimos en eso que no queremos ser. La otra, la amante, la querida, la carne, el deseo. Típicamente ser la amante de un hombre casado no es nuestra meta en la vida. No nos levantamos un día diciendo esto es lo que más quiero ser en la vida, la segunda opción de un hombre. Me pregunto qué es peor; ser víctima o victimaria. En ninguna de las dos posiciones dejamos de ser mujeres llenas de deseos, frustraciones y dolor. Existe la mujer que es fiel a sus principios y convicciones, no se deja llevar por la necesidad física ni el gusto carnal. Ser amante nunca será una opción para ella porque no se expone nunca en esa situación. Pero también existe la chica que solo quiere amor, se enamora rápida y fácilmente y su fuerza de voluntad desaparece frente al hombre que le gusta. No piensa en nada ni en nadie y casi siempre comienza esta aventura pensando que será pasajero y no le hará daño a nadie.
Entonces tenemos dos mundos, una historia de tres. La amante vs la víctima. Entre medio de ellas hay un hombre que no se conforma con ninguna, las quiere tener a ambas. Puro macho alfa. Irónicamente hay mujeres que han jugado los dos papeles; amante y esposa. Es que ciertamente no me cabe la menor duda de que podemos ser nuestras peores enemigas cuando se trata de amor …o desamor.
¿Quién gana y quién pierde en esta historia? Creo que las dos son perdedoras. Una porque claramente vive una situación de deslealtad e infidelidad invirtiendo tiempo y emociones con el hombre equivocado, y la otra sencillamente perdió desde que aceptó ser parte de un triángulo amoroso rompiendo en pedazos la relación de una mujer que no lo merece, con un hombre que no vale la pena. ¿Y él? Él es la escoria humana que no sabe lo que quiere, un tipo que no sabe lo que es el amor. Confundido, mentiroso, desleal.
En algún momento las dos estarán en una esquina esperando por él. Llamando, buscando, preguntando, cuestionando. Se convierten en lo mismo; un problema para él. Las dos reciben migajas y residuos de lo que parece ser amor pero no lo es. Al final se enfrentan porque piensan que alguien tiene que ganar esta batalla. Ingenuas. En muchos casos terminamos perdonando, aceptando y olvidando.
La verdad no hay una guía a seguir para manejar esto. Es demasiado complicado como para ser tan absolutas y creer que nadie tolera este tipo de engaño. Hay de todo. Cada historia es única y particular. Sin embargo, las cosas que no son aceptables deben estar siempre claras. El engaño no debe ser normalizado. La deslealtad duele y rompe familias.
No sé cómo terminar este escrito , no quiero ser injusta ni irreal. Dejaré que tú decidas hasta dónde perdonas y toleras. ¿Cuál de las dos eres o has sido alguna vez? Solo puedo decirte que el amor comienza con respeto, la necesidad de ser honestos el uno con el otro y jugar para el mismo equipo. Si la carne es débil, entonces cuestiona el corazón. Si me amas no me harás daño de ninguna manera, si no me amas, es hora de irme de tu vida. Yo decido dónde quiero estar.
Abre la puerta de par en par y camina lejos.
Pon un beso en su mejilla y deséale suerte.
La va a necesitar.