Milagros Domínguez García
¿Quién pilota la nave?
Cada noche, cuando regreso a casa, pregunto a mis hijos que tal su día, en qué invirtieron su tiempo.
El mayor, 21 años, no se complica en la respuesta y casi siempre la reduce como buen gallego a una pregunta: "¿Te refieres a algo útil?". La niña, 12 años, le gusta detallar y va enumerando cada cosa que hace, desde el desayuno hasta la merienda, incluso los ratos que pasó acompañando a Nevado, su gato, pero en cualquier caso siempre su primera respuesta es; COSAS.
Leía hace unos días las declaraciones de nuestro presidente en su viaje a USA, que, desde dar su visión sobre él mismo, cuestión que valoraremos más adelante, dice que le gustan los hechos, le gusta hacer y que en su gobierno, hacen cosas, se aprueban leyes.
Y claro, inevitablemente, vienen a mi mente, las respuestas de mis dos jovenzuelos, que al fin y al cabo y por ahora, su única responsabilidad son sus estudios, cuestión que han salvado con excelencia, y pienso en el Sr. Pedro Sánchez, que al igual que mi pequeña hace cosas, y que sin duda habría que preguntarle si se refiere a algo de utilidad, por esto de que quizá, sea necesario que detalle qué hace a diario.
Lo leo y me siento contrariada, porque espero de él una descripción más locuaz y detallada, y sobre todo menos pedante y más realista cuando nuestro presidente se define a él mismo, como un político que cumple, que vaya por Dios, tiene tela que sea capaz de dejarnos a los españoles tan a "huevo" el chiste. Porque el Sr. Sánchez, podrá presumir seguramente de muchas cosas, pero de cumplidor, pues no, para qué nos vamos a engañar. Ya en su momento dijo de los que más tarde fueron sus socios de gobierno, que no podría dormir por las noches pactando con el Sr. Iglesias, y bueno, ojeras no se le ven, y al final, resultó que le gusta el chuletón al punto. Pero también es verdad que muchas de las promesas incumplidas son hechos, de los que dice que le gustan, que afirmó cuando no era presidente, cuestión que ya nos aclaró en su momento la que fue vicepresidenta, la Sra. Calvo.
Era un hecho, de los que le gustan a él, que no pactaría con Bildu y los independentistas, era también un hecho que no habría indultos, pero más pronto que tarde se demostró que es cierto eso que dice que le gusta hacer cosas, y no ha dejado de hacerlas, justo lo contrario a lo que prometió.
El problema es que el Sánchez que no era aún presidente y el Sánchez presidente van a marchas cambiadas y no se ponen de acuerdo entre los hechos que les gustan y las cosas que hacen, y claro, al final, el resultado es un sin Dios difícil de explicar en castellano y que al hacerlo en inglés, pues le quedó pichí pichá.
Pero hay algo que he de reconocer, y es que "admiro" profundamente la elocuencia de nuestro presidente, también esa capacidad progresista que le hace evolucionar a pasos agigantados y decir digo, donde dijo Diego y, sobre todo, siento envidia por esa naturaleza que le dota de una seguridad en sí mismo pasmosa, y que su autoestima y convencimiento de su grandeza le lleve a decir lo que le place o convenga en cada momento sin rubor y sin pudor. Y por ello, porque yo cuando sea mayor quiero ser así, me atrevo sin pudor ni rubor alguno a hablar de nuestro presidente de esta forma tan sarcástica.
Pero lo cierto, es que no puedo evitar sentir congoja, ya que me siento en multitud de ocasiones burlada y engañada, más que por su persona, por su forma de creer que sus hechos nos han de gustar a todos y que las cosas que hace sean lo mejor para que nuestro país pueda salir adelante, sumidos como estamos en una crisis sanitaria y económica sin parangón. Porque entre cosa y cosa percibo que no hay nadie pilotando y me temo que un día, miraremos por la ventanilla de la nave y veremos al responsable con un paracaídas mostrándonos un cartel que diga:
"Hola, soy el piloto, y hago cosas"