Pepy G. Clavijo
Año Santo y Compostela
De nuevo es año santo, las peregrinaciones llegarán a Santiago por tierra y por mar, son numerosos los hombres y mujeres que partiendo de diversos puntos van a concurrir en la Plaza del Obradoiro, subirán las escaleras, se darán los tres "croques" e irán a hacer cola para abrazar al Apóstol.
Algunos oirán la misa de doce con devoción, otros serán meros espectadores, sentados en los bancos o aguantando de pie las evoluciones del botafumeiro, antes habrán dado gritos de alboroto al divisar la inolvidable silueta de las torres de la Catedral, los que en la antigüedad venían a través de los montes al contemplar el Pico Sacro decían: "Pico Sacro, Pico Sacro, hoy te miro, mañana te paso" y es que ya se sentían en Santiago.
Hay numerosas leyendas situadas a lo largo del Camino, entre ellas la de "A raíña santa" que tiene una calle con su nombre en Santiago, unos dicen que se refiere a Doña Urraca pero otros se inclinan por Isabel de Portugal, la reina que viajó de incógnito y se hospedó en un hospital de esta calle, era sobrina de Santa Isabel de Hungría, con 14 años la casaron don Don Dinis, rey portugués, su matrimonio fue un puro calvario, ella llevó con ejemplaridad intachable los desprecios que recibió incluso de su marido, peregrinó a Santiago dos veces, la primera en 1325 y la segunda once años después, por su bondad se le llamó "Ángel de Paz".
Se le atribuye el milagro de convertir los alimentos, que llevaba escondidos, en rosas, cuando le preguntaron que era lo que ocultaba, los destinaba a los pobres y hambrientos.
Otra leyenda es la tan conocida del "Gallo de Barcelos", en la que un peregrino es condenado a la horca, como última voluntad pidió ver al juez que le había condenado injustamente, pidió otra vez clemencia y el juez le dijo que su disculpa era tan falsa como que el gallo que estaba comiéndose cantaría, de pronto el gallo comenzó a cubrir se de plumas de vivos colores y… cantó, aunque hay diversas variantes de este milagro del señor Santiago.
Otra es la recogida por Castelao en su viaje a Bretaña, en ella se cuenta que el clérigo Juan Derrién estaba durmiendo en su lecho de plumas cuando se le apareció su madre que le dijo no haber cumplido la promesa que hizo a Santiago de ir a visitarlo y ahora su alma vivía en estado lastimoso, él le prometió que iría a cumplirla en su lugar.
Por el camino se encontró con un hombre que le obligaba a renunciar de su fe o lo tiraría al mar, no renunció y se vió en medio del Océano, clamó ayuda a Santiago y éste le escuchó transportándolo a la Catedral, donde dice una misa y durante ésta ve a su madre ya liberada de la promesa.
También pide al apóstol que lo traslade a su país a cambio de un estandarte blanco con siete campanillas, una lámpara de oro, ornamentos de altar y una misa cada viernes, al terminar su petición apareció en la puerta de su casa y allí expiró.
También está la leyenda de Jean de Torunai, un comerciante flamenco que peregrinó a Santiago en compañía del cura Guillaume, por el camino va descubriendo costumbres muy sorprendentes por ejemplo la falta de letrinas, de esto comenta: "En este país hacen sus necesidades en todas partes, cosa ciertamente infame".
Su sorpresa es cuando al llegar a la catedral un cura le dice que "si alguien cree que el cuerpo que se halla en el altar no es el de Santiago, ha hecho la peregrinación en vano", el comerciante recuerda que el cuerpo, tal vez, estuviese en Toulouse, pero lo soluciona fácilmente y dice: "El cuerpo en Toulouse pero la cabeza está en Santiago" y yo lo creo así.
Además de múltiples leyendas existen poemas dedicados a Santiago y al Camino así como al botafumeiro:
Rosalía escribe refiriéndose al Pórtico de la Gloria:
Agustín de Foxa dice:
También Federico García Lorca nos dejó versos dedicados a Santiago:
Y hasta Rubén Darío habla de los apóstoles de la puerta santa:
Gerardo Diego:
Y para terminar los versos de Gutiérrez Albelo: