Tribuna Viva
Desprotección animal en Sanxenxo
Una vez más, el pasado sábado 8 de Mayo, ante la falta de medios de la policía local de Sanxenxo para capturar a un gato herido de gravedad que deambulaba por la calle incluso cruzando la carretera desorientado, con el peligro que ello supone, hemos tenido que ser particulares quienes lo recogiésemos para darle traslado a una clínica veterinaria de urgencias, amparadas por el artículo 22.6. Fueron varias llamadas a las autoridades para ponerles en conocimiento de los hechos y para solicitar el pertinente informe a la concejalía de medio ambiente, y saber qué respuesta da el ayuntamiento ante la falta de cobertura tanto respecto a la recogida como en relación a la ausencia de un centro autorizado al que dirigirse y que dé albergue a los felinos no ferales que se encuentran extraviados sin propietario conocido o abandonados, como la ley exige.
Con esto queda patente no solo la inoperancia desde la concejalía pertinente y su desconocimiento sobre cómo funciona el sistema rotativo de guardias de las clínicas veterinarias en la comarca al justificar su negativa a la hora de abonar los gastos derivados en el hecho de no haberlo llevado a un centro veterinario dentro del propio municipio siendo sábado por la tarde; sino también la falta de autocrítica al no dotar a sus agentes con medios para que no tengamos que ser las y los vecinos quienes hagamos su trabajo o el hecho de no haber convenido un servicio con una entidad con o sin ánimo de lucro y un servicio de lacería como obliga la ley (art. 22 de la Ley 4/2017, de 3 de octubre, de protección y bienestar de los animales de compañía en Galicia)
Pero esta no es la excepción del modus operandi en Sanxenxo; sino la norma, siendo particulares quienes tengamos que encargarnos de facturas veterinarias que no nos corresponden, como ocurrió en Septiembre del año pasado cuando abandonaron a una camada de crías de gato en el espigón del puerto, respecto a lo cual ni se dignaron en contestar las llamadas, mails, ni instancias. En aquel entonces la policía tampoco pudo recoger a los gatos e incluso nos pidió que los trasladásemos nosotras mismas a la clínica de Portonovo. Y así un largo etcétera de casos.
Como entenderán, es la pescadilla que se muerde la cola: no dotan a las autoridades para cubrir esta labor que viene encomendada por la Xunta y que sitúa a la alcaldía de cada municipio como máximo responsable a través de la ley vigente de bienestar de animales de compañía. Pero si los recogen particulares, utilizan ese pretexto para no hacerse cargo. Entonces, según el señor Telmo Martín, ¿qué debemos hacer? ¿Dejar morir a los gatos en la calle mientras agonizan con la mandíbula rota a la mitad, como sucedió con este último caso? Quizás nuestro alcalde, en lugar de velar por el cumplimiento de la ley, prefiere parapetarse en que su ayuntamiento está atravesando unas crisis económica que desde luego desaparece por momentos cuando pone en marcha proyectos faraónicos como la "batea en terra" o la transformación de la plaza de abastos de Sanxenxo en Wall Street.
Y así seguimos, teniendo que soportar no solo la ingente cantidad de abandonos contra los que no existe ni un mísero plan de concienciación ciudadana que también por ley han de desarrollar; sino el hacernos cargo íntegramente de colonias ferales para las que este año aún no se ha aprobado ninguna partida CER tampoco incumpliendo nuevamente la ley autonómica que exige esterilización, control sanitario e identificación de los miembros de esas colonias por parte del ayuntamiento.
Elena Torres