José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: "Miniña" Lola
El día en que conocimos a Lola en Lanzarote, nos preparó un gazpacho, "su gazpacho". El color, olor y sabor resultaba tan atractivo y refrescante que las dos jarras grandes, a los pocos minutos empezaron a emitir sonidos como quejándose. Era mediados de los 90, Lola tenía 77 años y desbordaba una vitalidad que cualquiera envidiaría.
Nació en un pueblo de Córdoba, su familia era acomodada y de niña no le faltó de nada, pero debido a diversos avatares familiares, la guerra civil y la postguerra cambió su suerte, y pasó a vivir con muchas limitaciones.. En un país brutalmente empobrecido, cuando daban gato por liebre, luchó contra la miseria. Siempre con una sensación íntima de querer y no poder, pero aprovechando lo poco que tenía, con dignidad y entereza.
Se casó, tuvo dos hijos, enviudó pronto y, desde entonces vivió hasta el final de sus días con su hija Mary. La relación con ella era de complicidad, sana y sin apenas conflictos. Estaba tremendamente orgullosa de ella, Y, qué decir de su yerno, Alfonso, siempre pendientes el uno del otro, aunque se lanzaban pullas puntuales (con cariño),,se respetaban, supieron comprenderse y compartieron el amor que ambos tenían a Mary. Con mucha frecuencia Lola le decía con su gracioso deje andaluz: ¡Ere mu apañao!.
Alfonso siempre decía que su suegra, debido a que le gustaba organizar, sugerir, mandar, cuando perdiera la salud le iba a dar unos años difíciles. Nada más lejos de la realidad, sus últimos años han sido de dulzura, siempre con una sonrisa, aún en los momentos complicados del olvido.
Tuvo una vida plena, con dos nietas mellizas que la llenaron de felicidad, y hace unos días, a punto de cumplir los 103 años, fue apagándose como una vela en su camita, con gran dolor para su familia, pero con mucha paz. Curiosamente en esa misma semana, se acercaba la borrasca lola, que nos trae agua y vida.
"Perder a alguien que uno ha querido, es duro, pero peor sería no haberlo conocido". Descansa en paz querida Lola.
N.B. "Miniña", es una expresión canaria de cariño entre personas.