Pedro De Lorenzo y Macías
¡Influencia sueva en Caldas de Reis!
El imperio romano (año 285) había crecido tanto que era difícil de gobernar. Diocleciano decidió dividirlo en dos zonas: el imperio de oriente, gobernado desde Bizancio (la actual Constantinopla) y el de Occidente, con sede en Roma. En el reinado de Teodosio (379-395), causas internas y externas condujeron la separación de los imperios. Se considera una de las causas fue el promover el cristianismo y detener los otros cultos diferentes; pero las causas más relevantes fue la invasión de tribus germánicas. Se produjeron las guerras góticas. Muchos historiadores delimitan como el comienzo del fin del Imperio Romano.
La guerra gótica duró unos seis años (376-382). Los Godos de los Balcanes, ya por hambre, inician guerras contra los imperios romanos. Fue decisiva la batalla de Adrianópolis, que originó que en el siguiente siglo el imperio romano de Occidente se desplomase.
En el año 409 entran en la Península Ibérica los Vandalos, Alanos, y Suevos; estos se establecieron desde Braga hasta toda Galicia, siguiendo la Vía XIX Romana, que ya hemos comentado.
En el año 385 Prisciliano llega a Tréveris, donde es acusado, a través de Evodio, prefecto del emperador, de la práctica de rituales mágicos que incluyen danzas nocturnas, el uso de hierbas abortivas y la práctica de la astrología cabalística. Es defendido por Martin de Tours; sus padres eran arrianos. Conoció en Roma el Cristianismo y se convirtió, dando ejemplo de hermandad. Los arrianos vieron en él un hombre de gran generosidad.
¿Quién introdujo la advocación de San Martiño en Galicia e introdujo el catolicismo?
Los Suevos fueron los primeros en independizarse del imperio romano y formar el reino de Galicia. Habían llegado a nuestra tierra sobre el año 409. La historia de Gallaecia sueva, que se extendía por Galicia, Asturias, León, regiones del norte y litoral de Portugal, ha estado marginada en la cultura de España. Fue un estudioso alemán quien investigó y escribió sobre el reino suevo; lo colabora el historiador Xoán Bernárdez Villar.
Carriarico, rey suevo entre 550-559. En su tiempo, la lepra era una enfermedad común en nuestra Galicia. Los suevos practicaban el arrianismo. Nos relata Gregorio de Tours, en su Historia Francorum, escrita entre 573-579: “El hijo de Carriarico cogió la lepra; su padre había oído hablar de Martin de Tours; prometió aceptar el cristianismo de San Martín si curaba a su hijo. Mandó traer algunas reliquias de San Martín y su hijo se curó. Los suevos se convirtieron al cristianismo y el rey Carriarico mandó construir un templo en honor a San Martiño, hoy ocupado por le Iglesia de Santa María Madre, en Orense.
Foto ©Porgaliciabaixo. Catedral de Ourense
Cariarico introdujo el culto a Martín de Tours en Galicia, y le nombró beatus patronus. Murió no más tarde del 1 de mayo de 559, ni antes del 2 de mayo de 558, y le sucedió Ariamiro.
Mencionemos las corrientes religiosas de aquella época: había diferentes corrientes evangelizadoras dentro del cristianismo; convivían con arrianos, con los discípulos de Prisciliano: la mayoría ubicados en las riberas del Umia y en Caldas de Reis. Al convertirse Carriarico al cristianismo, hizo venir a San Martín Dumiense, que era muy devoto de nuestro San Martiño. A Martín Dumiense se le denominó el apóstol de los Suevos en Galicia.
San Martín Dumiense procedía de Hungría; ingresa en el clero y viaja a Palestina, visitando los santos lugares. Allí reside unos veinte años y tuvo contactos con el movimiento monástico que se desarrollaba en las Montañas de Judea.
Le motivó venir a Galicia; apuntan algunos investigadores las siguientes causas: Galicia era el primer reino independiente de Roma, pero no era afín al catolicismo. Imperaba el arrianismo y la corriente de Prisciliano. Decidió trasladarse al reino de los Suevos; llega a Galicia en torno al 550. Se establece en Braga; ésta se convierte en la capital del reino suevo y el Arzobispado de toda Galicia.
Ya en Braga, funda un monasterio en Dumio muy cercano a dicha ciudad. De este monasterio le denominaron Dumiense. Este monasterio se convierte en un centro muy importante de difusión cultural y espiritualidad cristiana en el norte de la Península Ibérica; a sus monjes les procuró copia de los códices, posiblemente referentes a San Martín de Tours (Noso San Martiño). Algunos de estos monjes subieron por el río Umia, evangelizando. Han construido ermitas, que sobre ellas se erigieron, posteriormente, templos o iglesias románicas. (Dedicaremos un ensayo la románico en Caldas de Reis).
Lucrecio, arzobispo de Braga, crea la diócesis de Dumio en torno al nuevo monasterio y consagra obispo del mismo a Martín Dumio; su influencia en la corte sueva fue muy elevada; logra que el rey Teodomiro se convierta al catolicismo (año 556), siguiendo su ejemplo la mayor parte de los suevos.
Volvemos a nuestra villa, que encierra ocultos datos históricos; difíciles en entrever, ya que han tenido en olvido la gran importancia de Caldas de Reis. Dejamos constancia que Caldas de Reis fue Sede episcopal hasta el año 569. Quedó en el baúl de los recuerdos y perdió su denominación de Aquis Celenis. Hay comentarios que reflejamos, pero no tenemos argumentos para defenderlos. Hablan que esta villa fue sede del primer reino gallego. Más adelante, abordaremos pautas para su reflexión.
Martín Dumio reorganizó la iglesia gallega; fueron decisivos los concilios de Braga y de Lugo. Escribió el tratado “De Correctione Rusticorum”; plasma las creencias celtas mezcladas con ideas priscilianas; las considera supersticiones.
En el II Concilio de Braga (572) se reorganizó las sedes episcopales. Nuestra Caldas de Reis perdió su sede, trasladándose a Iria Flavia. En el mapa, se puede observar cómo reorganizó la iglesia en el reino Suevo.
El reino suevo hacia el s. VI.
Hacemos constar que los Suevos se adaptaron al idioma del latín vulgar, ya mezclado con los de etnia celta; aportaron influencias germánicas, influyendo en la incipiente lengua romance: Galaico Luso o Luso Galaico. Tal vez nuestra lengua gallega fuese la primera en su desarrollo.
A través del Rio Umia, sobre todo en Caldas de Reis, fueron erigiendo pequeños templos o ermitas, que fueron base del Románico en Caldas de Reis. Sobre ellas, se erigieron en el siglo XII, iglesias románicas. Hablaremos de ellas.
Es una preciosidad pasear por las laderas del río Umia, que acaricia amorosamente a esta villa de duende.
Dejamos esta panorámica que emana paz, belleza y sueños. ¡Qué tranquilo y sereno fluye este río de capricho! Cuando se enfurece, bate con sus aguas este meloso paseo e inunda parte de esta villa.
Pedro de Lorenzo y Macías.
Fotografías: © Celina Reguera. Coordinadora Área de Cultura de Caldas de Reis.