Tribuna Viva
Submuseos
El siguiente artículo responde a la iniciativa explicada por el vicepresidente de la Deputación de Pontevedra de realizar una ampliación subterránea del Museo en los edificios de Castro Monteagudo, García Flórez y Fernández López.
Como ciudadano de Pontevedra y profesional del arte y la arquitectura considero necesario plantear unas cuestiones relevantes en cuanto a dicha ampliación.
Una amiga emigrada lleva queriendo visitar la reproducción del camarote de Méndez Nuñez durante seis años y me ha dicho que ya desiste.
No siendo una colección privada los contenidos de estos edificios no pueden ser ajenos al público y al pueblo durante tanto tiempo.
Recuerdo que en su día se propuso hacer un túnel en su día bajo la Alameda que conectara la Deputación con el edificio al otro lado donde vivían funcionarios de dicho organismo. El motivo: no mojarse en el invierno. Sensatamente se consideró el estado surreal del planteamiento y no llegó a realizarse.
El camino de los líderes es milagroso en la manada humana: basta con tener un seguidor detrás para convertir a alguien sin mucha importancia en alguien relevante. Y si son al cuadrado los palmeros revierte al cubo en importancia manifiesta. Con las ideas ocurre lo mismo. Con los proyectos y obras públicas no puede ser, porque se pagan entre todos con el esfuerzo oportuno y necesario.
El sentido comunitario debería ser sagrado como sus fondos.
La Deputación de Pontevedra está realizando y dando cobertura a buenos trabajos estos últimos años que contienen elementos bien necesarios en esta sociedad.
Entonces me pregunto ¿por qué esta dirección proyectual?
¿Qué sentido tiene peatonalizar el casco Histórico para luego llevar a la gente por el subsuelo?. ¿Es oportuno imitar las cuestionables obras de los grandes museos como El Louvre o El Prado con turismo internacional inagotable en un casco medieval en una ciudad de provincias todavía alejada de las grandes infraestructuras nacionales en una pandemia donde la economía está en punto tan bajo con horizonte nada prometedor?
Sigue parte del rural del ayuntamiento sin servicios básicos. Sigue un río convertido en canal sin ribera y un comercio se ahoga sin remedio ¿se puede plantear gastar tantísimos recursos para este ́espectáculo ́?
Se estima un coste entre 3,8 y 4,75 millones de euros. Esa cifra cualquier profesional sabe que es imaginariamente a la baja ante las dificultades que entraña llena de imprevistos no considerados. Un delirio de poca gracia.
¿Acaso no hay edificios en el Casco Histórico a punto de caerse para poder ampliar el museo, de ser necesario?
Si se trata de centralizar el Museo ¿acaso no tiene la ciudad el edificio perfecto en plena Herrería: La antigua Delegación de Hacienda?
Lo cierto es que cada vez se ven más negocios cerrados y viviendas abandonadas en un escenario decadente y ausente de florecimiento vital y social en la ciudad que se exhibe por medio mundo como triunfadora de modelo por el Concello. Debo vivir en un mundo paralelo.
¿Por qué se puede cambiar el PREPRICA para un interés puntual donde la gente que habita el casco Histórico tiene problemas para determinar el color de sus ventanas? Los habitantes no pueden decidir esto hechas y pagadas por ellos pero la administración si puede cambiar las normas del juego cuando quiere. ¿Es esto Democracia?
¿Dónde está la responsabilidad? ¿Dónde se cruza el umbral de la irrealidad y despropósito? ¿Qué se enseña a futuras generaciones esta perspectiva?
Este proyecto es un no querer ver la situación que se vive.
Desde mi punto de vista actuaciones como ésta ponen en riesgo profundo la confianza en las instituciones y en los profesionales.
***Sergio Portela Campos