Marisa Lozano Fuego
Querido año nuevo
Querido Año Nuevo:
¿Cómo estás?
Siento no haberte recibido antes. Estuve, estuvimos muy ocupados. Tu predecesor no fue justo, nos trajo 365 días de dolor, lágrimas y máscaras, falta de oxígeno y abrazos. Pero tú no tienes la culpa. Seguramente, él también lo ignoraba. Los años son mensajeros, venís envueltos en un halo de champán y uvas, promesas inciertas y brisa. A veces un vestido nuevo y otras una campanada. Siempre, siempre la incertidumbre. Como el Amor, ¿no es cierto?
Cupido y vosotros sois gente dulce, rapaz, maravillosa. Mensajeros del abismo, el mismo abismo que nos conduce a todo un futuro de gloria, desastre o unión de corazón y mente. Sí, nos entregamos al Año Nuevo, nos entregamos al Amor. Si eso sucede, o cuando sucede, al igual que pasa con la Felicidad, la Esperanza y todos esos imponderables eternos, vamos sin red. No señor, ni Facebook ni Instagram. Ningún tipo de profilaxis. Los seres humanos entramos en un año como si entráramos en un bosque intrincado, repleto de oscuridad, frío, musgo, lagunas y tornados. Quizá lobos o caramelos, tal vez ternura y un tesoro escondido bajo un árbol, bajo un abrazo. Mira que lo hacemos con gusto, y con coraje, y con amor. Querido Año Nuevo, no sufras, no te esperamos con recelo. Bueno, ¿a qué mentir? Un poquillo. Entenderás la situación.
Sucede como cuando quemas un trozo de dermis con una vela. Está sensible y le cuesta volver a confiar. Sucede cuando lastramos un corazón. Puede volver a amar, lo hace, pero las cicatrices laten. Sucede ahora contigo. Año Nuevo, te deseamos por ser la promesa de un nuevo hoy, porque tienes, querido, que ser diferente. Que ser, (esta vez sí) mejor. Observarás que no es difícil. Tan solo me conformaría conque hubiese menos dolor. Mucho, mucho, muchísimo menos. Más vida y más salud, qué extraño, creo que no te estoy pidiendo nada extraño. Creo que ya sabes lo que queremos.
Creo que gente de todas partes y todas las etnias, Año Nuevo, además de la Carta del 6 de Enero, te están escribiendo, con tinta, sangre o lágrimas, a Ti. Para pedirte, para rogarte. Para invocarte con piedad. Y amor. Dirás que no eres responsable , que lo que pase todos estos días no te concierne, y que solo eres una hoja de calendario que volver en una noche de espuma. Después de doce campanadas. Dirás que solo eres cuatro estaciones y 365 días con 365 noches, y 365 ayeres que el azar ha dejado aquí. Está bien, puedo comprenderlo. La responsabilidad es inmensa para uno solo. Año Nuevo, no has llegado y ya te reclamamos cosas. Lealtad, trabajo, salud, vida, ecuación justa. Dignidad humana y derechos. Nada tan nuevo bajo el Sol, es eso que se pide siempre.
Poder abrazar a los padres, estrechar la mano de un nieto, dar un beso sin mascarilla. Pensar que llegará mañana. Ver esas cifras menguar y esa esperanza hacerse grande. Sí, lo sabes, querido Año Nuevo, entrarás el 1 de Enero como si fueras un gatito, suave, tenue, con algo de miedo. Novato en estas lides y tal vez tan asustado como nosotros. Pero sabes, confío en ti. ¿Qué otra cosa vamos a hacer? Vas a llegar de todas formas, estaremos juntos un tiempo. Todos los humanos, y Tú. Vamos a vivir ecuaciones, análisis sintáctico, meriendas, cuentos de buenas noches, libros, discos de vinilo, cinemas, peuches, oraciones, miedo. Cariño, traición, si, seguro , fallos técnicos de la Humanidad. Cuentas en negativo y resultados en positivo, cosas que debieran estar a la inversa. Sí,lo sé. Familias enteras te esperan con expactación. Con la inocencia de lo nuevo, sin resentimiento y sin rabia. Estamos inmensamente agotados. La pelea se hace dura para el alma y los huesos, sabes, hemos perdido demasiado. Demasiada vida, demasiado tiempo. Demasiado amor, demasiado contacto, demasiadas horas lectivas, demasiados destinos. No te pasamos la factura, Año, solo esperamos que tú también estés aburrido de duelos.
¿No sería hermoso traer algo nuevo? La alegría de nuevas vidas, esas que nacen respirando un soplo de fraternidad. La emoción de nuevos comienzos, un autónomo que levAnta su negocio, que suma una carrera con su taxi.
Un médico, una enfermera que logra salvar una vida, dos vidas, tres vidas.La suya. Comida Año Nuevo, para los estómagos rotos. Seguridad para las personas que viajan, a veces lejos de su patria. Educación de calidad, resurrección de nuestra hermosa Historia y de la lengua del Quijote. No te pedimos que le pongas veto, que enfrentes humanos con otros humanos, jamás una sociedad civilizada se ha construido con dolor.
Te pedimos algo muy raro, sé que es realmente extraño. Te pedimos con fe. Te pedimos con ansia. Te pedimos con una sonrisa y con un grito, te pedimos con la mano extendida.
Con mascarilla puesta. Sin ella. En la ducha, en la cocina, en la fragua, en el bosque, en el mar, en el pupitre, te pedimos a dúo y te pedimos en grupo. Te pedimos piedad. Sí, somos muy pedigüeños. Nos gustaría saber qué pides tú, qué puedes pedirnos ahora que hemos dado tanto.
Pero no, no seremos víctimas. Tú no lo serás tampoco. Estaremos iguales. Porque si de verdad trajeras, Año Nuevo, lo mismo que el Año Pasado, nos estarías decepcionando. Nos parecería que hemos orado, hemos luchado y hemos vivido en vano. Tú sabes que eso no es así. Tú sabes, con la sabiduría de dos mil y pico años antes que tú, el legado que trae este pasado. Cada una de las ansias. Cada una de las guerras. Cada una de las paces. Cada una de las muertes. Cada uno de los sueños. Cada una de las artes. Cada una de las noches. Cada una de las cópulas, cada una de las hojas, cada uno de los árboles. Querido Año Nuevo, lo sabes todo. Como los padres con sus hijos, solo depositamos la confianza de que nos traigas un presente digno , un futuro certero y sano ya que el pasado lo conoces. Perfecta y verdaderamente. Querido Año Nuevo, estás cerca y solo puedo desearte, desearte con ilusión, brío y con una pizarra en blanco donde la Humanidad pueda escribirte con renglones de amor y fe.