Pedro De Lorenzo y Macías
Los devaneos de Caco y su dolor
Caco no durmió; las palabras de Simón eran muy consoladoras y sinceras; pero como todo joven, están propicios a experimentar otras cosas, aunque sus padres ya les hayan avisado de los peligros: ¡Ruleta de Juventud!
La Luna llena, luminosa y orgullosa, durmió con su encanto a las nubes, el viento; se encontró dominadora de todo el firmamento. Las estrellas sinceras, dulces, apacibles, le incordiaban.
Era de noche cerrada; la Luna hechicera, vanidosa, cubierta de sedas engañosas, hipnotizó a los vientos y nubes, que se durmieron.
En el firmamento estaba ella, burlándose de los brillos sinceros y consoladores de las estrellas; éstas pasaban de ella, pues la consideraban tonta, bobalicona, un ser sin peso específico para aconsejar a nadie.
Pronto se encontró con esos perros pasotas, que viven el día al día, sin importarle su futuro.
El Pub Perra Caliente estaba muy adornado por fuera, con luces muy provocativas; dentro, estaban las perras que se dedicaban al amor monetario, llenas de glamour por sus encantos ficticios, hijas de la cosmética. Unas llevaban ligas de pasión, otras enseñaban sus encantos, y las menos, por necesidad, mostraban su persona. El ambiente era engañador, oscuro y perturbador.
Juntos fueron charlando de las injusticias sociales, las imposiciones del gobierno, y de otras cosas de discriminación.
Caco no entendía mucho de este asunto y empezó a dudar, pues él tenía un tracto muy armonioso con sus amigos y dueños.
Pronto llegaron al Pub de la Perra Caliente; estaba situado en un antro artificial que hizo la fuerza del mar. Lucían luces, música misteriosa, y el olor no era muy natural.
Como todo joven quiso conocer y saborear de un mundo muy desconocido.
Entró con los otros y se encontró con un antro con luces engañosas, con unas perras pintorreadas, perfumadas, llamativas y provocadoras. Ellas fueron al encuentro de los perros, pero el que más llamaba la atención era Caco por su juventud y sus huesos.
Hubo baile, juerga, embriagada por estimulantes; Caco se sintió perdido, pues ese ambiente no le gustó. Bebieron y comieron con los manejos de sentirse mejor, a pesar de que iban contra su salud.
Caco vivió una noche llena de panteísmo y genérico de las personas que viven al día; no les importaban el futuro, pues vivían su existencia día a día, sin importarles la muerte.
A Caco le había dado unas bebidas que lo dejaron sin pensamiento, sin personalidad. La más vieja y fea de las perras, lo cogió por banda y se lo llevó a un reservado; se aparearon.
Caco se sintió mal y escapó de ese ambiente, llegó al bosque y vomitó.
Comprendió que no iba con su naturaleza ese sistema de vida. Por ello tuvo remordimientos y pensó lo que le dijo Simón, su mejor amigo.
Durante un tiempo estuvo vomitando y pasándolo muy mal; poco a poco se fue recuperando, e hizo esfuerzo para volver a su casita. Llegó sin hacer ruido y se acostó. Micifú, su gran amigo:
- Caco, ¿te encuentras bien?
- Si.
- Pues te veo muy blanco y sudoroso. ¿Quieres que llame a Simón?
- No. Estoy cansado. Duerme y no me des la tabarra.
- ¡Vale!
Caco, con el cansancio, se durmió enseguida. Micifú no pegó ojo, pues intuía que a su amigo le pasaba algo extraño. Olía distinto. Comprobó su cuerpo. Observo manchas extrañas, que exhalaban un aroma de suciedad, de animal sin bañarse. Se preguntaba dónde estuvo su amigo; con quiénes se juntó. En su mente gatuna paseaba ideas de oscura nocturnidad.
Amaneció tranquilo, con un sol risueño; Micifú se despertó, vio que el pito de Caco echaba sangre y un pus verdoso; preocupado fue al encuentro de Mamá Luisa. Esta fue a verlo y se armó el belén. Llamó a Simón, a Dimas, mientras tanto hablaba con Caco.
- ¿Qué hiciste? ¿Estuviste con una perra puerca? ¡Hay Dios! Siempre haces alguna. No te muevas, llamaré a Dimas. Este Caco es el demonio.
- Eres un cachorro – dijo Simón--: Todo llegará a su tiempo, hay que obedecer a la naturaleza, sin forzarla. Ahora tienen que pincharte.
- ¡Guuuaaauuu!
- ¡No te quejes, gandul!
- Croack, croack., a Caco lo van a pinchar.
- Miau. Caco se fue de burdel y tiene el pito hinchado.
- ¡GUAUA, GUAAU!
- Dejarle tranquilo, que con lo que tiene ya no volverá a esos antros. ¡Eso esperamos!
Llegó Dimas, analizó a Caco y diagnosticó unas purgaciones normales; con dos pinchas de penicilina y una pomada aplicada, después de lavar el pito, dentro de dos días estará como un roble.
Dimas no hizo ningún comentario jocoso, pues vio a Caco muy abatido; Pero los presentes, Simón, Mamá Luisa, Los Cuervos y Micifú quisieron opinar y Simón les cerró la boca.
Caco ese día y el siguiente estuvo en su casita; comía y estaba muy dolorido; Simón lo lavaba y le echaba la pomada.
- Amigo Caco, todos los hombres, por desgracia hemos pasado por esa situación; pero de estos avatares hay que sacar conclusiones; No debes estar con esa gente, pues tienen una mentalidad negativa hacia vida. No te deprimas, pues todos, o casi todos, tuvimos que pasar ese mal trago; pero lo positivo es que razones y pienses que la Madre Naturaleza te prepara tu destino. Pronto encontrarás a una joven perruna, con encanto, sencillez y formareis una familia.
Micifú contó a todos que Caco tenía el pito hinchado por irse de macarra, a esos pubs de pestilencia. Don Cuervo fue más compresivo, ya que él era un pajarraco nocturno, y casi siempre volvía a su nido con una melopea.
Todos los amigos de Caco se enteraron y discutieron la situación a su manera; algunos lo exculpaban, pero las perrillas decían que habían hecho algo horrible.
Pero Caco fue visitado por todos sus amigos, y ninguno le hizo ningún comentario, aunque tuvieron que callárselo; lo animaron y le dijeron que pronto estaría sano; Que ellos eran sus amigos y estaban a su lado; que dejase a los bohemios y volviese con ellos.
Anibal y Bucanero fueron a parlamentar con esos perros, hijos del pasotismo. Llegaron a un acuerdo: que abandonasen estos lugares, a cambio le darían comida para varios días. Todos aceptaron. ¡Que buenos amigos tiene Caco!
Todos sus amigos opinaron de distinta manera: la perrillas criticaban su golfería; los perros decían que un error era natural en la naturaleza; después de una disputa, todos quedaron convencidos que su amigo Caco actuó bajo malas influencias, y su desencanto con su amor infundado.
Todos sus amigos lo fueron a visitar y darle ánimos, ya que todos somos débiles ante ocasiones poco claras; esto animó a Caco y comprendió que sus amigos eran los mejores.
Ya curado, dio una fiesta a todos sus amigos; la familia Cuervo bajó y Don Cuervo metió el pico:
- ¿Cómo tienes el pito, amigo Caco?
Micifú contestó:
- ¿Cómo llevas las borracheras diarias?
- ¡Gato asqueroso, yo no me emborracho!
- ¡Fuuuu! Todas las noches solicitabas mi ayuda para encontrar tu casa.
- ¡Croack! Gato de Satanás, te picotearé tu rabo.
- .Atrévete, yo te comeré tus alas y no podrás volar.
Se armó un belén de comentarios, todos amables, bromistas, de lo cual se rieron todos y Caco encontró su camino.
La armonía hizo acto de presencia. Todos empezaron a planificar una merienda en su playa de ensueño.
Las distintas opiniones levantaron el tono. ¡Llamada de atención! Se fueron apaciguando los ánimos y decidieron ir de excursión a Canelas. Los niños eran sus amigos; jugaban con ellos y les regalaban alguna golosina.
(Continuará).
Pedro de Lorenzo y Macías