Pedro De Lorenzo y Macías
Caco: Llega a Fragoso. Se siente Naturaleza.
CAPITULO XXII
Caco ya había llegado a su tierra, a su valle; se sentía feliz, divertido, y jugueteó con todo y con todos, enfadando a unos, y divirtiendo a otros..... Ya comentaba el murmullo silencioso de la fresca brisa que se iba el tedio, el aburrimiento..., llegó Caco y todo el valle de Fragoso se vistió de gala, de contento.
Valentín ya había pasado el meridiano de su andadura existencial; de baja estatura, recio, enjuto, bien proporcionado; sus ojos de azul cielo, de mirada serena, noble y acogedora. Era parco en palabras, escuchaba y entendía a todos, sobre todo a los animales: era gandeiro.
Había estudiado en Santiago, donde se hizo amigo de Simón, y compartieron culturas, ideas, a veces con acaloramiento, pero siempre terminaban con el grandísimo respecto a la libertad individual.
Entre ellos surgió una verdadera amistad: el era republicado; Simón, de centro derechas, o algo parecido; pero los dos creían en la democracia, en la igualdad humana....., pero ahora apenas le dedicaban tiempo a discusiones del campo político, pues ya no las encontraban atractivas y les resultaban más demagógicas, sin fundamento social, con carencia de sinceridad.
Ya atardecía; Mamá Luisa estaba inquieta; Caco no daba señales de vida. Valentín la tranquilizó.
- Caco tiene raza y nació para ser líder. Es como su padre. Llegará.
- ¿Por qué tarda tanto?
- Es un niño. Seguro que está jugando con las truchas, con los pájaros, con los bichos. Es muy curioso y querrá averiguar todo, pero antes de que anochezca, estará aquí.
- No sé, no sé.... ¡Qué disgusto! Mi pobre Caco.
La familia boxer oteaba, olfateaba el aire. De pronto se pusieron en movimiento; los papás salieron rápidos
- ¿Qué pasa?
- Caco está cerca...., van en su busca.
- ¡Dios bendito! ¡Gracias Sagrado Corazón!
Mamá Boxer llegó al río, ladró. Papa Boxer subió al Otero, ladró. Caco los escuchó y se puso muy contento: “Son Mamá y Papá”. Ladró de alegría, pero no le escuchaban, pues el viento era contrario. No importaba; a toda velocidad llegó a junto su Mamá y la llenó de besos, abrazos y mordiscos cariñosos. Pronto vino su Papá que le dio unas volteretas y un gran abrazo; los tres, jugando, regresaron a casa.
Mamá Luisa lloraba; Caco la besaba y le hacía monadas; Simón lo acarició, miró a sus ojos...., y comprendió. Después de la tensión, llega la calma, la alegría.
- Hay que llamar a Dimas. No vaya a ser que esté herido, o enfermo.
- No, Mujer. Caco está bien..., tiene hambre.
Valentín ya tenía preparada la Cena; Caco sin mediar un guau se lanzó a ella. Sus hermanos se mondaban de risa... “Siempre tan tragón, tan cagón”.
- ¿Ves? Está perfectamente.
Caco se peleó con sus hermanos; jugando corrieron por toda la finca, haciendo travesuras: Los animalitos del corral se alegraron; Mamá Gallina le enseñó sus polluelos; el gallo lo miró de refilón, no hizo ningún ademán, no fuese a perder autoridad.
Tan solo la cabra, que estaba cabra, les montó la marimorena: Caco cogió un trapo y empezó a torearla; esta embestía con ganas y se pegó con los cuernos contra una calabaza que hizo de sombrero. Hubo que suspender la corrida, porque empezaba algunos altercados. Pero al final se rieron todos, lo pasaron pipa.
Mamá Luisa estaba embobada.., se le caía la baba; era su Caco, su Caco.......; travieso, bueno y juguetón.
Se quedaron en casa de Valentín; se cenaba de muy buen humor y el centro de la conversación era sobre las travesuras y aventuras de Caco.
- No me puedo explicar por qué se escapó; lo tratamos como a un hijo, con mucho mimo, con mucho cariño. ¡Claro! A veces se le reñía, pues es una máquina de fabricar trastadas, y muy pocas, se le castigaba.
- Ese no fue el motivo. Tuvo que haber razones más profundas para que tomara esta decisión.
- Empezó a estar un poco extraño cuando capitaneó una batalla contra los gatos de Doña Carca.
- ¿Quién es Doña Carca?
- Nuestra vecina, muy excéntrica. Desde el primer día cogió de ojo a Caco: lo insultaba, chillaba, amenazaba. Un día, en el mercado, se encontró frente ella y se descompuso..... ¡La qué se armó!. Enviaba a sus gatos para pelear contra Caco. En San Antonio alguien expuso su ropa interior en el muro, y le robaron carne... La gente al pasar se tronchaba de risa.
- Ja, ja.
- Sí. Reíros; Doña Carca pensó que fuera Caco y se las tenía juradas.
- Un día salimos y dejamos la finca a cuidado de Caco, pero como todos los chiquillos, se fue con los amigotes, que lo vinieron a buscar; se le fue el santo al cielo y se olvidó de la finca. Todos los gatos de Doña Carca entraron, destrozaron la casita de Caco, el jardín, hamacas y otros enseres. Fui a pedirle explicaciones y casi me abre la cabeza con una de sus manazas; es una persona muy difícil de tratar. Caco se sintió muy dolido; le reñí y castigué por no cumplir con sus obligaciones; empezó a planear el ataque contra los gatos: estos fueron derrotados y se fueron de la parroquia con una gran paliza, chichones, ojos amoratados. En la huída rompieron sábanas, destrozaros varios cultivos de Doña Carca: cebollas, tomates, ajos......; esta montó en cólera y nos denunció.
- Algo más tuvo que suceder.
- ¡Es cierto! Le eché en cara las travesuras que hizo contra Doña Carca, el tomarse la justicia por su mano....
- ¡Está claro! Doña Carca le hizo la vida imposible y Caco tomó venganza exhibiendo su ropa interior; y el muy caco, no dejó ningún rastro. En cuanto a la desbandada gatuna, no tenía otra elección; su instinto natural lo guió.
- ¿Siguen los gatos en la finca?
- No, no. Huyeron todos, menos una pareja; se fueron lejos.
- ¿Cuántas fechorías habían hecho estos gatos?
- Muchas..., siempre en casas donde había cachorrillos.
- ¿Veis? El problema estaba latente..., ¿Cómo lo pensabais resolver?
- ¡Hombre! Se enviaron varios escritos al Alcalde, denuncias ante la Guardia Civil....
- Que nunca se las pudieron imputar a Doña Carca, pues alegaría que los gatos no eran suyos, y otras......
- ¡Cierto!
- Caco actuó muy bien, pues en caso contrario podrías perder los nervios, ya que los gatos volverían a invadir tu finca......, ¿Qué os denunció? ¿Tenía pruebas de que fuera Caco?
- No. Pero lo que hizo Caco no estuvo bien.
- ¡Ya!. Eso según vuestras costumbres y normas; la naturaleza tiene unas reglas sabias, a veces muy duras..... “Si no eres capaz de defender tu territorio, vete”. Este sentimiento es lo que motivó la acción organizada de todos los cachorros contra los gatos..
- ¡Ja, ja, ja! Ahora veo claro sus razones, pero eso no me explica la fuga de Caco.
- ¡Natural! Al reprocharle y veros tan afectados, se sintió fracasado, muy mal, como un estorbo, arma líos. El os quiere mucho, os adora...; al verse fracasado, inútil, y que perdía vuestra confianza y cariño, decidió venir a junto su familia.
- ¡Guau!
- ¡Caco, sinvergüenza! ¿Estabas escuchando?
- ¡Guau!
Jugaron con Caco que hizo mil diabluras; hablaron Mucho, alegres y felices. Se fueron a dormir. Caco se fue a junto sus papás y hermanos, que lo esperaban para que contara sus historias. ¡Claro! A su manera.
Pedro de Lorenzo y Macías.
Fotografías: © Pedro Lorenzo Macías (Valle de Fragoso y ladera de la casa de mi abuelo Valentín).