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Reuniones de comunidad en tiempos de COVID-19
Las comunidades de propietarios se rigen por un procedimiento asambleario en el que cada propiedad tiene un voto, voto con valor proporcional a su participación en el conjunto del edificio. El presidente de la comunidad representa a sus convecinos fuera de esa reunión comunal, ejecuta los acuerdos adoptados y toma decisiones de urgencia, pero no gobierna. Las decisiones de entidad (liquidar las deudas, decidir las obras, contratar servicios), pasan por la asamblea de propietarios. En principio la obligación legal es que el presidente convoque una reunión de todos los propietarios cada año, lo que no quiere decir que se convoquen exactamente cada 365 días.
Espacios de reunión
Las reuniones se celebran, por lo general, en el portal del edificio o en las oficinas de la administración de fincas. El espacio debe ser suficiente para que todos los comuneros tengan la oportunidad de asistir. Hasta ahora, la suficiencia del espacio no había sido un parámetro a considerar. Los vecinos bajaban el taburete de casa, se sentaban en los primeros peldaños de las escaleras o se iban arrimando a la pared procurando no apoyar la suela del zapato más allá de lo que cada zócalo permite (manchar la pared justo delante de tus convecinos es una mala idea). En medio de la reunión, otros vecinos -inquilinos, parientes de los que ya están en la reunión, propietarios que no van a participar en ella- entran y salen con más o menos frecuencia. En muchas comunidades de 50 vecinos pueden ir a la reunión apenas una docena, pero tiene que haber espacio para todos si se presentan. Y los portales no suelen estar pensados para la afluencia de público, sino para el tránsito y el aprovechamiento del metro cuadrado.
En el presente escenario de alerta sanitaria, con restricciones a la capacidad de reunirse (las comunidades de propietarios no son un congreso o una reunión de negocios) y consignas de mantenimiento de la distancia social, se hace complicado convocar una reunión de comunidad con todas las garantías. Los copropietarios no entran en la categoría de familiares y amigos (en muchas ocasiones distan mucho de serlo) y 15-20 personas son un foro escaso. Incluso en ese foro escaso potencial hay que mantener distancia social, llevar mascarilla e higienizar el lugar de la reunión antes y después de esta. Si no se toman las medidas necesarias cualquier propietario podría abandonar la reunión o no participar e impugnarla. No sabemos por cuánto tiempo van a ser necesarias las restricciones, por lo que entramos en un territorio reunión desconocido.
Y aquí entramos en el territorio de intentar ser prácticos e ir sacando alguna reunión…
¿Se pueden hacer reuniones de comunidad por videoconferencia?
Si todos los propietarios pueden acceder a una misma aplicación, se muestran previamente de acuerdo y validan ese acuerdo con su participación unánime en la reunión, entendemos que sí. Le deseamos suerte a quien haga de moderador, eso sí, porque el efecto corrillo que hay en todas las reuniones -siempre hay algún propietario que ha ido exclusivamente a hablar de lo suyo y a todo le saca punta para buscar una relación- se multiplica, sin que la firme mirada del presidente o administrador puedan hacer nada en este contexto.
¿Pueden hacerse reuniones de comunidad en espacios abiertos?
¿Y que garanticen las distancias entre todos los comuneros? Si son comunidades de 15-20 personas (dependiendo de la fase) y no les sale un sarpullido por identificarse como amigos, entendemos que sí. Puede ser una alternativa de uso a los estadios de fútbol de equipos de divisiones menores y una fuente de ingresos interesante para los foniatras.
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