Fundación Galega Contra o Narcotráfico
Operación Nécora. 30 años del principio del fin
Hace 30 años comenzó el fin de la impunidad del narcotráfico. La Operación Nécora supone todo un símbolo de la lucha antidroga, marcando el comienzo de un tiempo nuevo en el que ciudadanía, administraciones, Justicia y Fuerzas de Seguridad comenzaron un trabajo todavía hoy inacabado, para poner fin al crecimiento y la peligrosa penetración de los capos de la droga en la sociedad.
Más allá de otras consideraciones, la Operación Nécora aportó una luz de esperanza en un tiempo oscuro, en medio de la tragedia de miles de familias destrozadas por la droga. A pesar de que la sentencia posterior exculpaba a buena parte de los procesados, los capos quedaron señalados policial, judicial y socialmente. No volvieron a gozar de aquella impunidad.
Hoy en día, gracias al esfuerzo de todos, los traficantes no son considerados más que unos delincuentes, vendedores de veneno que ganan dinero a costa de que los adictos y sus familias arruinen sus vidas; cuentan con el rechazo mayoritario de una sociedad que los repudia.
Por el camino se han quedado miles de familias rotas de drogodependientes que perdieron o arruinaron sus vidas por culpa de la maldita droga. Nuestro recuerdo para todos ellos/as y el reconocimiento a la importante labor realizada por los movimientos sociales para despertar conciencias. Nuestro reconocimiento también a la excelente labor que desarrollan las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad junto a los jueces y fiscales comprometidos con la causa, siguiendo el camino iniciado por Baltasar Garzón y Javier Zaragoza el 12 de junio de 1990.
Desde entonces, el esfuerzo de todos en el combate al narcotráfico no ha cesado. Galicia puede sentirse orgullosa del gran trabajo realizado gracias a la unión de sociedad civil, administraciones y fuerzas de seguridad, logrando importantes progresos que sitúan a la Comunidad como un referente de la lucha contra el narcotráfico en España.
Queda atrás mucho trabajo, pero hay que mirar hacia delante. A pesar de la mejora -indiscutible- de la situación en términos generales, treinta años después seguimos sin tener clara la importancia de esta lucha. Estamos perdidos si pensamos que lo peor del narcotráfico ya ha pasado. Actualmente estamos sufriendo una auténtica avalancha de cocaína -baste recordar la reciente incautación en plena pandemia de ocho toneladas con destino Galicia- y no podemos resignarnos a ello. Reclamamos la máxima intensidad y compromiso de nuestros gobiernos, facilitar el trabajo judicial y policial. Y por supuesto, a nivel social tolerancia cero ante el narcotráfico.
Hace falta reaccionar de nuevo, política y socialmente; y recordar que el narcotráfico y la droga destruyen todo lo que tocan: personas, familias, sociedades, estados... La lucha contra el narcotráfico y las drogodependencias debe ser de la máxima prioridad, reforzando los logros alcanzados con cuestiones de importancia estratégica como la intervención eficaz de los patrimonios de los narcotraficantes y su retorno social, evitar la multirreincidencia de los narcos, la especialización judicial y una apuesta decidida por la prevención.
Queda un largo camino en el que nos jugamos nuestra salud, nuestra seguridad y el bienestar de toda la sociedad.