Carlos Regojo Solla
Bruma
Kay, (Bruma/Niebla en gaélico escocés), ronda ya mi casa y mi vida, que aún rezuman nostalgia de Nuba, ambas perras collie, pastor escocés, con esa belleza e inteligencia innatas en su raza. Una y otra no se sustituyen sino que complementan el seguimiento de la vida familiar que últimamente había sufrido la marcha de la segunda de ellas, dejando un hueco tremendo que no tuvimos más remedio que cubrir como si de una traición al recuerdo se tratase, tras una lucha de remordimientos perdida de antemano.
En esta derrota en nuestros sentimientos personales han influido notablemente los criadores de Kay, Ceferino y Sandra, quienes me la han facilitado luego de un breve pero intenso proceso que va más allá de la simple entrega de un cachorro de una camada así por las buenas. Ellos, han estado cuidándola con paciencia y desvelo durante tres meses y me entregan con gran generosidad y profundo sentimiento un ser vivo que yo arranco de sus corazones. La ética de los consejos que me dan me indican que viven en verdad con gran sentimiento el cuidado de las camadas y que no entregan un cachorro hasta estar seguros de quien se lo lleva. Mi agradecimiento a los dos.
De nuevo, en la vida familiar, uno más que aparece royendo todo lo que puede y haciendo maravillosas trastadas.
Cualquiera podrá entenderlo.