Carlos Regojo Solla
Un aplauso merecido
( A Victoria, Leyre y Manu)
Marzo finaliza con la segunda evaluación y deja paso al último trimestre, normalmente largo ( según haya caído la Semana Santa) y de mucho trabajo en los centros educativos. El programa aprieta y su cumplimiento, a veces, no se logra plenamente; o has hecho maravillas, cosa excepcional; o has pasado temas más a la ligera esperando reforzarlas el año próximo; o te has quedado corto por culpa de un seguimiento estricto poco aconsejable a mi modo de ver.
Se desea acabar el curso escolar y encarar el proceso de descanso. Prácticamente la evaluación final está hecha. Las expectativas, planteadas en las junta de evaluación final, van a corroborar lo que han determinado la evaluación de diciembre y la de marzo. El boletín de notas está casi pergeñado para ser entregado en junio.
Pero ya nada es lo mismo.
Creo que los boletines de notas, en los que se posicionan los resultados de las evaluaciones, como reflejo, sobre todo del seguimiento minucioso de la evaluación continua de los alumnos/as de educación primaria ,( y en el resto del proceso educativo de un chico/a, antes y, sobre todo, después de la primaria ), deberá ser analizado luego que pase el difícil problema acontecido a la humanidad que aún sigue sin solución plena, reteniendo la libertad de los más pequeños, confinándolos entre cuatro paredes durante días interminables.
Hay que considerar puntos nuevos, ejemplos inesperados que planeaban a nuestro alrededor sin que los hubiésemos notado.
Tanto las materias troncales, como las específicas o las de índole autonómica, tocadas todas ellas por la transversalidad, proyectadas sobre un elemento común de profunda reflexión, deberán contemplar el tremendo ejemplo de adaptación de la comunidad educativa, sobre todo la de nuestros niños/as privados de su propia "libertad de cátedra" y de su recreo.
Hay que trabajar sobre un proyecto nuevo. Romper todas las programaciones y construir un nuevo modelo de trabajo que parta del fortísimo ejemplo que están dando niños/as y madres/padres en estos momentos.
A ellos, padres y niños/as cargados de vida y alboroto, intuitivos y veraces, la mejor de las calificaciones y un aplauso entusiasta y profundamente sentido.