Milagros Domínguez García
Carta a mis hijos
Una madre siempre quiere lo mejor para sus hijos, sobre todo, el mejor aprendizaje.
No me cabe duda de que estos días estáis aprendiendo los dos lo que seguramente os servirá para encaminar vuestros pasos futuros, pero para ello observad a vuestro alrededor e intentad comprender la magnitud de lo que está sucediendo.
De la nada surgieron problemas y llegó a nuestras vidas algo con lo que no contábamos. Algo que nos atacó por sorpresa llenándonos de miedo e incertidumbre y que con el paso de los días sigue siendo una sombra de dudas que nos inquieta porque ya hemos comprobado que el mañana siempre es incierto y que de uno a otro día todo puede estar sujeto a cambios. Solo hay que vernos ahora confinados en casa, sin poder apenas salir y haciendo a veces malabares para sortear las dificultades.
Pensad en la fortuna que tenéis ya que vuestras necesidades básicas están cubiertas y que aunque hemos visto en algunos casos la mezquindad humana hemos también comprobado que hay personas a nuestro alrededor de gran generosidad que llenan días oscuros de luz.
No olvidéis nunca estos días porque será necesario para en el futuro no repetir errores, pero también porque hay muchas personas que están quedando en este empedrado camino y ellos, más de diez mil que no han podido superarlo y que, a sus familias, les supone un dolor añadido.
Recordadlos porque será la forma de que sigan con nosotros, porque ellos son la realidad de lo que está sucediendo, la más triste de las realidades. Ni las facturas acumuladas ni la falta de dinero es importante porque lo único valioso es la vida y hoy hay muchos que la han perdido.
Honradlos siempre porque son las verdaderas víctimas de este suceso incomprensible, se merecen nuestro respeto y hemos de hablar de ellos porque no podemos permitir que queden cubiertos de silencio y olvido. Han sufrido el mayor de los daños y sus familias necesitan de nuestra voz porque la suya estará quebrada por el llanto.
Cuando esto acabe, queridos hijos, no los olvidéis, así como tampoco olvidéis vivir.
Honrad la vida, llenaos los pulmones de ella y vivid. Hacedlo por vosotros y por quienes ya no pueden, no posterguéis nada, no dejéis nada para mañana y que jamás lo urgente os haga relegar lo importante, porque nada más importante hay que vosotros y vuestros sueños.
Recordad estos días y haced honor de lo que aprendisteis sembrando en vuestro camino felicidad con cada paso que deis, hacedlo también por mí que hoy cuando estoy viviendo esta situación me percato de que en muchas ocasiones me olvidé de vivir...
Vivid vuestra vida de forma que honre la memoria de quienes no tuvieron oportunidad..
Os quiere, mamá.