Tribuna Viva
Saldremos juntos...
Hace unos días podíamos leer en diversos foros una critica hacia el hecho que la comunidad gallega cediese 11 respiradores a la comunidad madrileña para así colaborar ayudando a paliar los daños, los terribles daños que el Covid-19 está causando entre sus habitantes.
En redes sociales con un auténtico desprecio a la vida humana y mostrando la cara más egoísta de la mezquindad hubo personas que no repararon en juzgar ese préstamo, esa cesión, cuidándose eso si de no parecer y emitiendo su opinión casi de soslayo en un burdo intento de no dejar al descubierto totalmente su falta de humanidad, empatía y memoria ya que siempre los madrileños, esos que precisan de nosotros han venido a quitar chapapote de nuestras costas, se han volcado cuando nuestra tierra ha ardido por los cuatro costados y lo han hecho sin pedir contrapartida alguna.
Hoy domingo 29 de marzo con la espeluznante cifra de 78.797 contagiados y 6.528 fallecidos en toda España a causa del Covid-19 y teniendo conocimiento de que la comunidad madrileña ha decretado luto oficial, podríamos quizá reflexionar profundamente sobre lo necesario de lo unida que ha de estar la sociedad española para luchar contra el silencioso enemigo que está dejando un terrible rastro de dolor y muerte.
Porque aunque no tengamos esas imágenes en nuestros televisores, están ahí y, sus familias, las que ya han perdido a uno o varios seres queridos a causa del Covid-19 están destrozadas ya que ni posibilidad tienen de una última palabra, de un adiós. Y son ellas, esas familias a las que no se les menciona, las que están haciendo el mayor esfuerzo, mucho más que el confinamiento, mucho más que los problemas económicos que esta situación acarrea, son los que tienen que ceder su derecho al adiós por el bien de todos nosotros.
Once respiradores no son nada comparado con esto y sí lo es, quizá, la oportunidad a que sean menos los fallecidos. Once respiradores que tendremos cuando los necesitemos, porque habrá quien seguramente en un ejercicio de solidaridad nos dé al pueblo gallego lo que necesitamos como en otras ocasiones han hecho.
Mejor sería que muchos guardasen silencio, el silencio respetuoso por las más de seis mil vidas perdidas y no buscar confrontación y odio sino poner su mano incluso a riesgo de perderla como lo están haciendo los sanitarios, como lo hacen los cuerpos de seguridad, como lo hacen los camioneros, como lo hacen los servicios de limpieza, como lo hacen los trabajadores de la alimentación... Que no se quejan y solo se ponen al servicio de todos, por el bien de todos, sin valorar quien merece más y quien menos.
Más empatía, más amor al prójimo, más humanidad, más solidaridad, más piedad y más respeto Sres., porque España está de luto.
Ojalá puedan descansar en paz y sus familias encontrar alivio...
Galicia somos todos.
Mulleres en Igualdade de Cerdedo-Cotobade, A Lama, Ponte Caldelas