Manuel Pérez Lourido
Anuncios de perfumes
Todos los anuncios de colonia, todos, cuentan con una locución a cargo de una voz afectada y con acento extranjero que repite el nombre del producto. Esto es un misterio del mismo rango que el del triángulo de las Bermudas o cualquiera de los que propone, con cansina insistencia, Iker Jiménez en su programa que nunca le veo. Semejante enigma merece alguna reflexión de cierto calado, como las que acostumbro a ofrecer desde esta tribuna. Empecemos.
En primer lugar: hace falta ser parvo por varias universidades extranjeras (las nacionales han bajado mucho de caché por culpa de los másteres de algunos políticos) para pensar que por poner acento foráneo el producto queda inmediatamente dotado de unas cualidades extraordinarias que resultan imbatibles para sus oponentes. Por eso todos estos anuncios caen en lo de la pronunciación de allende los Pirineos (no los oirán con acento marroquí o portugués, no, siempre es italiano o francés o inglés). Ninguno se atreve con un acento de Marín o de Coristanco, por decir algo. ¿Se imaginan un anuncio de Eau de ***** pour homme, con acento de Marín? Servidor correría cual gamo a comprar ese producto, pero igual no habría demasiada cola.
En segundo lugar: los hombres y mujeres que aparecen en este tipo de publicidad parece que cagan diamantes. Además de su belleza y apostura sin par, sus ropas (cuando salen vestidos) son de una exquisitez suprema y sus movimientos, gestos y ademanes, de una elegancia que produce arcadas y sonrojo (a la vez). Y eso sea cual sea la marca del producto o la época del año en que se anuncie. Vale, se entiende que se desea asociar el consumo de esas fragancias con los especímenes humanos que se muestran en pantalla. Lo que ocurre es que son sapiens que no se ven por la calle, deben estar encerrados en unas reservas en las grandes ciudades de todo el mundo y los sueltan para hacer esos anuncios solamente. Luego los ponen a reproducirse entre ellos para disponer de repuesto cuando envejezcan.
En tercer lugar: ¿cuánta gente se pone a ver anuncios cuando los anuncios son de colonia? Los últimos anuncios que recuerdo haber contemplado con fruición son los de una bebida llamad Mixta, y de eso hace ya bastante. Hasta el buenismo galleguista de Gadis acaba aburriendo de tanto ombliguismo y tanta repetición. En el siguiente spot tendrían que apostar por una estética feísta y rodarlo en un furancho. Y no presumir de nada. Y de paso anunciar una colonia autóctona con acento local y gente con caras y cuerpos normales.