José Antonio Gómez Novoa
Diferencias
Os acordáis, de aquellos personajes cómicos que acompañaron nuestra infancia. Laurel y Hardy o también conocidos como el gordo y el flaco. Iniciaron su carrera con el cine mudo y fuero de los pocos que lograron sobrevivir en la era sonora del celuloide.
En la vida real Laurel (el flaco) pertenecía a una familia con escasos recursos, y Hardy (el gordo), procedía de una acomodada. El primero era más creativo, ambicioso y dinámico, el segundo pasional, alegre, vividor. No podían ser más diferentes, y durante toda su vida en los escenarios hubo conflictos, altibajos; pero siempre perduró una fraternidad y complicidad que salía a relucir en los escenarios.
Una vez fallecido su entrañable compañero, Laurel decidió no volver actuar. Escribía, gags y guiones para otros, protagonizados casi siempre por una pareja.
Esta historia de confraternidad, y el vínculo afectivo entre dos personas tan distintas en lo personal y en lo físico es lo más sorprendente, máxime cuando lo comparamos con los desencuentros que muchas veces protagonizamos entre amigos y hermanos.
Laurel y Hardy, invertían muchísimas horas de preparación y ensayo, en sus bailes, apariciones y desapariciones, gestos y voces. Se adoraban, a pesar de las diferencias, y vivían para hacer felices a los demás.
A menudo pensamos que el pertenecer a una familia o a un grupo de amigos, equivale a un título nobiliario, algo a lo que tenemos “derecho”, y no somos capaces de cuidar y conservar lo que nos une. Un simple roce, una discusión futbolística o vecinal, es capaz de romper una amistad de muchos años. El tener que compartir el cuidado de nuestros mayores, las discrepancias en la educación de los hijos, y la consabida “herencia” rompe muchas familias.
En el terreno tan resbaladizo como la política, y que lleva a muchos enfrentamientos, debemos concentrarnos en sobreponer los intereses comunes y no en las posiciones individuales. El camino adecuado, está en buscar puntos de encuentro.
El estar con, compartir pertenecer a…., en definitiva “vivir”, conlleva conflictos, adversidades y desencuentros, pero son ingredientes fundamentales para enriquecernos. Prestamos más atención a lo que nos separa que lo que nos une, y olvidamos que los demás nos necesitan y nosotros necesitamos de los demás. @novoa48