Pedro De Lorenzo y Macías
Inmaculada Concepción: Su historia, su leyenda
¡Felicidades a las Inmaculadas, Concepción y nuestra Infantería!
Bartolomé Esteban Murillo: La Inmaculada del Escorial
¡También conocida por la Purísima Concepción! Tuvo avatares a través de su historia, que pincelaremos. En 1854, la iglesia católica decreta el dogma: María estuvo libre del pecado original, basándose en la tradición cristiana desde sus inicios.
Contempla la posición especial de María por ser Madre de Cristo; sostiene que Dios preservó a María de toda mancha del pecado original, y que permaneció "Virgen" antes, durante y después del parto. "Bula Ineffabilis Deus, 8 de diciembre de 1854, PIO IX".
El francés Louis Baunard hace esta mención: Luigi Lambrushini (1776-1854), "Beatísimo Padre, Usted no podrá curar el mundo sino con la proclamación del dogma de la Inmaculada Concepción. Sólo esta definición dogmática podrá restablecer el sentido de las verdades cristianas y retraer las inteligencias de las sendas del naturalismo en las que se pierden".
El historiador Francesco Guglieta: "La afirmación de la Concepción Inmaculada de la Virgen ponía sólidas bases para afirmar y consolidar la certeza de la primacía de la Gracia y de la obra de la Providencia en la vida de los hombres". Guglieta señala que Pío IX, pese a su entusiasmo, acogió la idea de realizar una consulta con el episcopado mundial, que expresó su parecer positivo, y llevó finalmente a la proclamación del dogma.
Las confesiones protestantes no aceptan este dogma. ¡Algo curioso! Martín Lutero, el precursor del protestantismo, exclama: "Es dulce y piadoso creer que la infusión del alma de María se efectuó sin pecado original, de modo que en la mismísima infusión de su alma ella fue también purificada del pecado original y adornada con los dones de Dios, recibiendo un alma pura infundida por Dios; de modo que, desde el primer momento que ella comenzó a vivir fue libre de todo pecado" (Sermón el día de la Concepción de la Madre de Dios (1527).
En nuestra Península Ibérica, en el XI Concilio de Toledo (675), el rey visigodo Wamba ya era titulado "Defensor de la Purísima Concepción de María", abriendo una línea de fieles devotos entre los reyes hispanos.
Monarcas como Fernando III el Santo, Jaime I el Conquistador, Jaime II de Aragón, el emperador Carlos I o su hijo Felipe II fueron fieles devotos de la Inmaculada y portaron su estandarte en sus campañas militares.
El rey Carlos III, muy afecto a esta advocación mariana, creó una orden en su nombre (la Orden de Carlos III) y la declaró patrona de sus estados.
Desde el siglo XIV existen en España referencias de cofradías creadas en honor a la Inmaculada. La más antigua, en Gerona, data de 1330. En el siglo XVI se revitalizará este fervor con un ingente número de cofradías constituidas bajo la advocación de la Pura y Limpia Concepción de María, hermandades consagradas a las labores caritativas y la asistencia social. Los franciscanos fueron muy fieles a la creencia en la Inmaculada, y contribuyeron a su arraigo y extensión por todo el mundo.
Era tan grande el amor por la Inmaculada, que Sevilla juró la defensa de la Concepción de María, Toda Pura, en 1615. En todos los reinos de España, desde 1644, se declaró fiesta religiosa. Clemente XI (1708), la declaró fiesta de guardar.
BATALLA DE EMPEL: Los rebeldes tenían asolados a los tercios españoles, en el dique de Empel. La situación era crítica: ropa húmeda, sin comida, ni leña. Estaban sitiados. Surge la leyenda del Milagro de Empel, que llevó a la victoria a los tercios españoles, origen de nuestra Infantería: "El sábado 7 de diciembre de 1585, la situación era desesperada. En el momento más crítico, según cuenta la tradición, un
soldado del Tercio cavaba una trinchera o su propia tumba; encontró a enterrada una tabla flamenca de vivos colores con la imagen dibujada de la Inmaculada Concepción. Este hecho levantó la moral de la tropa, pues era la víspera de la Inmaculada. Colocaron la imagen en un improvisado altar sobre una bandera con la Cruz de San Andrés y de rodillas entonaron acto seguido la Salve".
España celebra a la Inmaculada como patrona y protectora desde 1644 y el 8 de diciembre es fiesta de carácter nacional, en virtud de la batalla de Empel del 8 de diciembre de 1585.
Es patrona del Arma de Infantería del Ejército Español desde el año 1892 por Real Orden de la Reina doña María Cristina de Habsburgo-Lorena, en la que se declara oficialmente "Patrona del Arma de Infantería a Nuestra Señora la Purísima e Inmaculada Concepción, que ya lo fue del antiguo Colegio Militar y lo es de la actual Academia General y de un gran número de Regimientos". Este patronazgo tiene su origen en el Milagro de Empel, una gran victoria española en las guerras en Flandes.
Es patrona también del Cuerpo Eclesiástico del Ejército y del Estado Mayor, del Cuerpo Jurídico, y de la Farmacia Militar.
El primer templo dedicado a la Inmaculada Concepción en España fue el Monasterio de San Jerónimo de Granada.
Los Colegios Oficiales de Farmacéuticos y las Facultades de Farmacia, también la tienen como patrona.
Recomendamos esta lectura a los que defienden que Colón nombró Nuestra Señora de la Concepción a la segunda isla, en 1492, aduciendo que era la copatrona de San Salvador de Poio. ¿Cómo nos explica esta gran deducción, los grandes eruditos?
¡Feliz día y buen caminar!