Pedro De Lorenzo y Macías
Los enigmas de Corella: Leyendas e historia
(Todas las imágenes fueron autorizadas por en Ayuntamiento de Corella)
El río Alhama acaricia esta villa, llena de enigmas y grandes tertulias sobre su origen; sita al sur de Navarra, al oeste de la Rivera de Navarra.
Sobre su etimología hay más versiones que el Quijote. Opinaron muchos ilustres académicos. Todas son posibles. La que más nos entusiasmó es la de Ramón García Domínguez: "La más bella y difundida esta esculpida en el escudo de la ciudad, "Un conejo perseguido por un águila; lo contemplan el rey y su paje; éste exclamo "corre el conejo"; el rey "corre
ella". De ahí surge el nombre de Corella.
Este pueblo encierra vestigios de su antigüedad: un poblado celta o íbero, una villa romana, visigoda y otros argumentos; todos ellos, pueden aportar a los estudiosos herramientas para esclarecer su historia. "Ernesto Giménez Caballero escribió en el programa de fiestas de 1952: «...jota, baile de mozo y moza. Que es el nombre de Corella en griego: Koreia = danza en pareja de mujer y hombre».
Otra de origen anónima defiende que: "Corila fue fundación del tiempo de los godos".
Pincelemos hechos históricos. Durante los siglos X y XI estuvo sometida alternativamente por musulmanes y cristianos. En 1119 Alfonso I El Batallador la recuperó del poder musulmán. Este monarca, en 1128, dona la villa y su castillo al conde de Alperche. En 1130 se casa su sobrina Margarita de L’Aigle con García Ramirez; donó esta villa como dote al nuevo matrimonio.
1134, García Ramírez fue nombrado rey de Navarra. Corella formó parte del patrimonio real. De esta época data el escudo de Corella que ya detallamos. En los siglos XIII, XIV y XV los monarcas le dotaron con distintos privilegios, debido a ser un baluarte fronterizo. En 1269, la reina Juana, concede el privilegio de tener alcaldía perpetua, con la obligación de presentar tres candidatos al rey o gobernador.
Carlos III de Navarra (1417) concedió a esta villa la feria franca: los primeros seis días de septiembre. La princesa Leonor (1471) le otorga el privilegio de ser incluida entre las buenas villas del reino; asiento en las cortes y consolida los privilegios anteriores. En 1524 Carlos I amplía dos días más a la feria franca.
Seis de febrero de 1630, Felipe IV concede el título de ciudad, con todas las honras, incluyendo su asiento en las Cortes. Libera a Corella de la jurisdicción del merino de Tudela; ya puede levantar su pendón en juramentos reales. En junio de 1711, Felipe V trasladó la corte a esta bella ciudad, durante cuatro meses. Ocuparon la casa de Agustín de Sesma y Sierra; por privilegio real de 1712 luce cadenas en sus puertas principales. Volvió el rey en 1719, unos pocos días, acompañado de su segunda esposa Isabel de Farnesio. Estos hechos motivaron un gran desarrollo en esta ciudad, ya en población, ya en poder adquisitivo.
"El barroco se respira por todos los rincones de la ciudad: sus calles antiguas, sus casas solariegas y sus palacios nos trasladan a épocas de verdadero esplendor económico y social".
Se afianzó en los siglos XIX y XX y sigue siendo una ciudad de encanto.
Vamos a comentar la presencia de la Orden de la Merced en esta villa.
Sintetizamos los dos bellos estudios de Isidro Lesma; recomendamos su lectura, con citas históricas y exposición de hechos curiosos.
"Los mercedarios, durante 189 años, fueron vitales para esta ciudad. El convento estaba situado junto a la Iglesia. Hoy escuelas de Artes y Oficios. Su aportación en el desarrollo del Barroco en la villa fue muy importante, en los aspectos religioso, cultural y político; fundan la Lectoría de Teología Moral para los hijos de Corella e intervenir en la redención de cautivos de los correllanos".
En 1647, época de Felipe IV EL REY PLANETA, la ciudad sufrió extrema sequía y el hallazgo de un esqueleto "La Muerte Calaña". (Símbolo del final de la vida humana. La muerte es considerada como un castigo a la soberbia humana: pecados y pecado original; el hombre quiso igualarse a Dios. Va asociada con epidemias y numerosas guerras).
En el pueblo varias órdenes religiosas fueron en procesión por la villa; sus rogativas no fueron escuchadas. La situación tomo un cariz de preocupación. Acudieron a Tudela, solicitando ayuda a las mercedarias. Llegaron los mercedarios; la presencia de la Virgen de la Merced provocó nublados y lluvia en toda la ribera, expulsando al maldito esqueleto de la muerte.
En agradecimiento se funda un Convento Mercedario, (1647). Fue el orgullo de la ciudad. Todas sus capillas se decoraron con retablos barrocos, cuadros, esculturas, escudos. ¡Llaga Mendizábal en 1835! El 7 de mayo de 1837 un juez de Tudela expulsa a los carmelitas y a los mercedarios. La expropiación forzosa puso los bienes de estas órdenes a subasta pública. Hoy ocupa su lugar La Escuela de Artes y Oficios.
La iglesia queda en abandono; surgen grietas y deterioros, como en el Monasterio de Poio. Las Madres Mercedarias llegan en 1937. Volvió la alegría al pueblo y fueron pioneras en colegio mixto. Compraron una finca anexa a la iglesia de la Merced a D. Marcial López.
El colegio y el noviciado inició su andadura en el año 1941; colegio mixto, con aulas de chicas y otras de chicos; los chicos del pueblo y sus alrededores podía realizar el bachillerato.
En 1942 se inició el ciclo de Párvulos para los más pequeños y el internado. "He de mencionar la última época de nuestras Madres Mercedarias (1971-1975). Se fueron de Corella. Estos años fueron inolvidables, para los que convivimos de sus enseñanzas.
Nunca nos resignaremos a la desaparición de Nuestra iglesia de la Merced, nuestros mayores recuerdan el tintineo de sus campanas anunciando la novena, el reloj de la torre, las palomas y las cigüeñas que eran inquilinos fijos de la barroca y señorial mansión y que nos ponían a "cagarrutas" como un "cisco" a todos los vecinos, un trozo de silueta entrañable del pueblo, también preludiaban las Fiestas Patronales, la Misa y la Procesión del día 24 de septiembre, y sobre todo la Imagen de la Virgen tan guapa y tan milagrosa."
Isidro Lesma: "Queridos amigos, como veis esta vez toca Historias de nuestro pueblo, escribiendo esto no puedo menos que emocionarme ya que me he considerado vecino en parte de La Merced y su Iglesia, allí vivía mi abuela Adela y allí pasé junto a mis hermanos, primos, amigos y vecinos del barrio los años mejores de mi niñez".
En el próximo ensayo pinzaremos "Las Monjas desposadas con el Diablo".
Pedro de Lorenzo y Macías.