Milagros Domínguez García
¡¡Lo importante nunca es lo urgente!!
Durante días he estado pensando sobre qué escribir esta semana dado que hay múltiples y variopintos temas de actualidad que bien merecerían unas letras... Vivimos días de gobierno y desgobierno donde el mercadeo de pactos demuestra que vivimos en una sociedad de oferta y demandas. Días donde se mencionan cantidades extraordinarias de dinero para luchar contra la violencia machista y mientras escribo este texto, salta la noticia de un asesinato más y pienso entonces si esas ingentes cantidades se gastarán en pitos y flautas, bolsos, pins, pulseras, todo lila sí, todo calculado para llevar a cabo la lucha feminista.
Día hoy del aniversario del miserable asesinato de Miguel Ángel Blanco a manos de ETA y me planteo si quizá el error fue que no teníamos entonces en la comunidad Vasca una comisión sobre derechos humanos presidida por Bildu... Quizá sea que no existía entonces ese partido, o sí, quién sabe.
Días de zascas y donde las hemerotecas hablan de quien es cada cuál y de cuáles son sus intereses. Donde curiosamente la memoria histórica es crucial para el futuro del país y paradojicamente lo dicen aquellos que no recuerdan que dijeron hace dos meses...
En fin, sería la historia interminable del sarcasmo, de la ironía y de lo infinito de la estupidez humana, que diría Einstein.
Por todo ello, hoy me gustaría escribir de todo lo bueno, que lo hay, en los seres humanos.
Y no me refiero a una historia trending topic en Twitter, si no de lo cotidiano, donde podemos encontrar todavía a personas llenas de humanidad, de empatía, de amor y de amistad.
Porque habelas hailas y pocas veces recordamos agradecer a quienes nos hacen la vida más fácil, preocupándose por nosotros, ayudándonos en las dificultades, haciendo de un café una cura sanadora de nuestras mentes, amándonos incluso con nuestras imperfecciones, soportándonos cuando ni nosotros mismos podemos. En definitiva, haciendo de este espacio efímero que llamamos vida, un lugar mejor.
Personas que debían ser titulares de periódicos y entradas de telediarios por sus "grandes gestas". Esas que, como diría nuestro sabio Principito, son "esenciales para el corazón e invisibles al ojo humano", de las que pasan casi inadvertidas pero que sin ellas nuestra vida no sería la misma. Algunas de esas personas llegan a nuestra vida por casualidad o por destino, no lo sé, pero cuando las conoces hacen que te preguntes; ¿Y cómo pude vivir hasta ahora sin ellos?
Estamos tan acostumbrados a quejarnos de todo en todo momento que no nos damos cuenta de lo afortunados que también somos porque tenemos cerca a seres con grandes cualidades y calidad humana apoyándonos y estando a nuestro lado para solo escuchar lo difícil que es todo, lo mal que nos va, el poco dinero que tenemos, cuando lo cierto es que nuestra posesión más valiosa está ahí y en pocas ocasiones escucha: "Gracias, de no existir, tendría que inventarte".
Qué sería de nosotros sin esa compañía que nos saca sonrisas para secar lágrimas, que nos regaña cuando no lo estamos haciendo bien y nos dice las verdades que nadie se atrevería, esa mano que nos sujeta fuerte y tira rompiendo la inercia de la pasividad, ese abrazo que cura nuestras cicatrices, ese te quiero que es el alimento que necesita nuestro corazón para seguir latiendo.
Siempre es buen momento para decirles GRACIAS. Por ser, por estar, por quererme y mostrarme cuál es en realidad el sentido de la vida.
¡¡Gracias por dar sentido a mi vida!!