Pedro De Lorenzo y Macías
Vilanova da Cerveira: su historia, su leyenda
Fotografía: © Pedro Lorenzo Macías.
¡Es más alentador hablar de la historia, cultura de todos los pueblos! Es democrático, crea un enlace de hermandad. Observamos personas que descalifican a los que tienen otra distinta ideología: los insultan, los vulneran. Citan a grandes sufridores de la guerra estúpida del 36 y desconocen sus postulados; hacen mención a Sócrates, para apabullar a los lectores; desconoce sus 70 puntos esenciales, que los colocan en lugar de demagogos: presuntuosos, maleducados y falta de respeto a los demás.
Sobre el origen de esta bella villa portuguesa hay dos opiniones, siempre respetables. La primera, apuesta que su nombre se debe a una gran colonia de ciervos que moraban sus entornos. ¡Ojo! También había venados.
La segunda afirma que proviene del primer señorío en dicha comarca. Joâo Nunes de Cerveira, uno de los grandes del Rey Sancho I, tuvo un solar en esta comarca. La información más antigua sobre su defensa data del reinado de D. Sancho II -en un foral de 1229- y se cree que, en esa época, el castillo sería sólo una torre defensiva.
Encima del monte Sehora da Encarnaçâo está la famosa escultura del Ciervo, visible de todos los puntos del Municipio. Su escultor fue José Rodrígues.
Visitamos el Castillo. En 1317 el Rey Denís inició su fortificación. Lo pobló con templarios del centro europeo. Su recinto era de planta ojival, típica de las fortificaciones góticas. Las murallas, de piedra, coronadas con almenas defensivas.
El recinto amurallado estaba protegido por ocho torres cuadriculares; cinco en la muralla sur, la más vulnerable. En la entrada, un portal gótico, con la presencia del escudo de armas de rey Denis.
Esta fortaleza se fue enriqueciendo con los siglos, siendo testigo de varias contiendas. Llegado el siglo XIX, con nuevas ideologías, se destruyeron parcialmente, la Puerta del Muelle (1844). En 1875, el recinto histórico fue donado al ayuntamiento; destruye la segunda línea de murallas. Hoy quedan un par de baluartes: El de Santa Cruz y el de San Miguel.
El eje de este lindo pueblo es la Plaza de la Libertad, capitaneada por la Iglesia de San Cipriano, del siglo XVI, sufriendo modificaciones en el siglo XVIII. Tiene tres naves, capilla mayor; un bello retablo barroco portugués. Destaca un sagrario flanqueado por dos nichos: Reyes Magos y el Juicio Final.
Esta sencilla documentación fue aportada por La Orden Tercera de La Merced; eligieron como cicerones de su viaje cultural al Padre Elisardo y Fray Simón Rementería. ¡Fabulosos! Siguieron comentando.
"Dionisio I de Portugal (Dinis en portugués), apodado el Labrador (Lisboa, 9 de octubre de 1261 - Santarém, 7 de enero de 1325). Hijo del rey Alfonso III y de su
segunda esposa, Beatriz de Castilla, sucedió a su padre en el trono de Portugal en 1279. Se intitulaba en los diplomas que otorgó durante su reinado como «Dom
Denis, pella graça de Deus, Rei de Purtugal e do Algarue», y así consta en el fuero concedido a Rebordãos el 18 de mayo de 1285, así como en otros documentos".
Siguiendo la tradición familiar, garantizó el asilo de templarios perseguidos en Francia. Creo la Orden de Cristo Rey, dando continuidad a la orden del Temple. Finalizada la reconquista en Portugal, hubo unas discrepancias con Castilla, que se resolvieron con el Tratado Alcañices (1297) con el rey Fernando IV de Castilla. Fue amante de la paz y de la cultura lírica Luso-Galaica.
Una de las grandes pasiones del rey Dionisio fue conservar la lírica luso-galaica, heredada de trovadores provenzales; excepto la canción de amigo.
Ha escrito 73 cantigas de amor (la mujer suspira por su consorte); 10 cantigas de escarnio y maldecir (son muy conocidas en nuestro ambiente rural y marinero).
Dejó constancia de 51 cantigas de amigo (El hombre canta a su amigo). Hay disputas sí es de origen galaico-luso o de influencia árabe. Toda su obra literaria se conserva en el Pergamino Sharrer (Archivo Nacional de la Torre do Tombo, siglo XVI.
En su época Lisboa fue el centro cultural europeo. Fundó la universidad de Coimbra, con su decreto Magna Charta Priveligiorum. Enseñaban artes, derecho civil, canónico y medicina. Nos despedimos con un poema de amigo.
DINÍS, Don [B 568 / V 171]
-Ai flores, ai flores do verde pino,
se sabedes novas do meu amigo!
Ai Deus, e u é?
Ai, flores, ai flores do verde ramo,
se sabedes novas do meu amado!
Ai Deus, e u é?
Se sabedes novas do meu amigo,
aquel que mentiu do que pos comigo!
Ai Deus, e u é?
Se sabedes novas do meu amado
aquel que mentiu do que mi ha jurado!
Ai Deus, e u é?
-Vós me preguntades polo voss’amigo,
e eu ben vos digo que é san’e vivo.
Ai Deus, e u é?
Vós me preguntades polo voss’amado,
e eu ben vos digo que é viv’e sano.
Ai Deus, e u é?
E eu ben vos digo que é san’e vivo
e seerá vosc’ant’o prazo saído.
Ai Deus, e u é?
E eu ben vos digo que é viv’e sano
e seerá vosc’ant’o prazo passado.
Ai Deus, e u é?
Gracias a la familia mercedaria por su invitación. Ha llevado en su caminar un mensaje: Redimir los cautivos del sectarismo, de las prisiones, de la esclavitud. Defiendan la hermandad, la unidad de pueblos y filosofías.
Pedro de Lorenzo y Macías.