José Antonio Gómez Novoa
Ence-ndido
<<Yo nací, en un sitio que era el más bonito de Pontevedra>>. Marcelino miraba al mar con nostalgia de un tiempo que ya no era, y de un buen lugar que desde luego había dejado de serlo. Los dos apoyados en el pasamanos de madera, observábamos, no muy lejos la belleza de la isla de Tambo.
Para mí era un enigma, pues acababa de conocerlo, y lo que más me intrigaba, era el tiempo pasado, pues si bien mi nuevo amigo ya pasaba de los ochenta años, aún estaba lleno de vida. Hablaba con pasión de su pueblo, Placeres. Un lugar que había perdido su belleza, pero que sin duda la había tenido.
Cuenta, que en el año 1956, del anterior siglo, bajo la dictadura de Franco y pese a la oposición de los vecinos comenzó a funcionar la celulosa. La vida de los habitantes del lugar dio un giro de 180 grados, una playa de arena blanca preciosa, el banco marisquero de Placeres, uno de los más ricos de Galicia, fue salvajemente exterminado y comenzó la construcción de un lugar de cuyo nombre no quiere acordarse.
El documental “Paraíso roubado” de Lukas Santiago, que está teniendo una repercusión internacional (y no mucha aquí), recupera la memoria de la parroquia de Lourizán desde finales del siglo XIX, hasta la aparición de Ence. Véanlo ustedes y se harán una idea de lo que pasó y como pasó (en las redes sociales se puede acceder a trailers con la voz en off de Manuel Rivas y también algún video de cómo podría ser la ría sin la presencia de la “biofábrica”).
Comprendo a los trabajadores directos e indirectos, a sus familias, que revindican sus puestos de trabajo, y creo que se podría buscar una alternativa por parte de los responsables políticos para los perjudicados” por el cierre. Pero, todos sabemos que debe primar el interés general.
Para concluir, examinemos la evidencia: la celulosa. Hagámonos y respondamos a estas preguntas:
¿Bosque autóctono o eucalipto?.
¿Queremos aire limpio, o el humo blanco de continuo en el cielo?
¿Optamos por la imagen de las mariscadoras con la playa y ría presentes o con una fábrica siempre a la vista?.
¿Olor a mar o el “aroma” actual que nos “sulibeya” y “sorprende” al visitante?.
Marcelino morirá sin ver la ría de Pontevedra como tan bien la recuerda, pero nosotros………..
@novoa48