Milagros Domínguez García
¡Nuestro hijos son el futuro, y el futuro les corresponde a ellos. Cuanto mejor sea su educación, mejor futuro tendrán!
Cuando decidimos ser padres, en mi opinión, adquirimos la mayor responsabilidad a la que nos enfrentaremos en toda nuestra vida.
Es una experiencia sin duda gratificante e incluso emocionante el observar el desarrollo de nuestros pequeños durante los primeros meses, cuando tan frágiles y dependientes nos convierten en lo más importante de sus vidas. Si, de pronto, para alguien somos necesidad y supervivencia; de nosotros depende su vida, su alimentación, su salud...
Deseamos verles desarrollarse, gatear, sus primeros pasos, los primeros balbuceos que se convertirán en palabras. Cuando esto sucede hasta sentimos nostalgia del rápido paso de esa época, miedo a que cobren independencia, y que ya no seamos para ellos lo más grande..
Nos equivocamos, porque a pesar de sus logros psicomotrices, esa dependencia continuará durante mucho tiempo, pero lo que será eterna, lo que durará durante toda nuestra vida es la responsabilidad que adquirimos.
Al principio pensamos que habrá cambios en nuestras rutinas, pero lo cierto es que los cambios serán en nuestra vida.
Tener hijos es educar, y educar de forma que cuando se suelten de nuestra mano, puedan mantenerse de pie, y que si se caen, sepan como levantarse. Educar es que no hagan caer a nadie, y que respeten la vida de otros como la suya propia.
Debemos preocuparnos porque nada malo les suceda, pero también porque no causen mal alguno a otros.
Educar es enseñar que deben hacer valer sus derechos, y que no pueden eludir sus obligaciones, hacerles ver que tendrán que ser responsables de sus actos, y que todo acto, tendrá una consecuencia.
Durante este proceso nos enfrentaremos a cuestiones que les pondrán en peligro más allá de la caída de un árbol al que se suban, o que sus primeras pedaladas en bicicleta no sean demasiado traumáticas cuando se caigan, que se caerán seguro.
Tendremos que enfrentamos al alcohol, a las drogas, al sexo sin medios de prevención de enfermedades o embarazos, al acoso escolar, a las redes sociales, internet.
Y claro, es difícil prever todo esto, pero no podemos obviar nuestras obligaciones ni eludir nuestra responsabilidad.
Recientemente leía ojiplatica el aumento del consumo de alcohol entre menores, y también referencias a que el consumo de pornografía a temprana edad contribuía a alimentar conductas sexualmente violentas.
Constantemente aparecen nuevos casos de pequeños que a través de redes sociales son violentados por pedófilos, e incluso esa nueva forma de extorsión que se denomina sexteo de la que nuestros hijos pueden ser víctimas.
Niños acosados por niños, causando tal sufrimiento que puede, en el peor de los casos, acabar en un suicidio. Niños machistas que golpean a niñas y las someten a vivir experiencias de represión intentando hacerles perder identidad, adueñándose de su vida sin respetar sus deseos.
Niños amenazando e insultando a sus profesores. Niños que maltratan animales por placer...
Que difícil es la tarea, son tantas cosas a las que nos enfrentamos, es tanta la responsabilidad que necesitamos empaparnos de información para poder llevarla a cabo y conocer los terrenos por donde se moverán nuestros hijos.
Necesitamos conocer las terribles consecuencias del consumo de alcohol y drogas. No debemos minimizar esas consecuencias, ni mucho menos normalizar ese consumo, porque por muy "normalizado" que esté el botellón, no es ni medio normal ver a niños de 13 años bebiendo alcohol.
Debemos ser conscientes de la responsabilidad que es para nuestros pequeños el uso de la tecnología. ¿Dejaríamos a un niño de 11 años conducir?, cómo creemos entonces que puede conducirse en la redes exento de peligros y de responsabilidades.
El respeto por los demás es imprescindible, para que las conductas de acoso dejen de sucederse. Y nunca disfrazar de cosas de niños conductas violentas y cargadas de odio. En estos casos creo que inculcar empatía es básico, no harían daño si fuesen capaces de ponerse en la piel del que sufre el abuso y es nuestra obligación enseñarles que NO es NO, que si su conducta provoca malestar debe dejar de hacerlo y que si hacen una "broma" y el resultado es que alguien llora, ha dejado de tener gracia.
Mostrarles la igualdad entre géneros, para así dejar atrás conductas machistas y roles que no hacen más que aumentar el número de víctimas de violencia de género entre los jóvenes.
Nuestro hijos son el futuro, y el futuro les corresponde a ellos. Cuanto mejor sea su educación mejor futuro tendrán.
Y no olvidemos que educar no es simplemente repetir como si de un mantra se tratase las normas, educar es dar ejemplo...
"Un padre le dice a su hijo: Ten cuidado por donde pisas.
El hijo reponde: Ten cuidado tú. Recuerda que yo sigo tus pasos.."