Pedro De Lorenzo y Macías
Marín, cuna de romería mariana
Archivo: © Monasterio de Poio.
Emana de sus entrañas belleza, duende de nuestras tierras gallegas. Marín, cuna de esforzados marineros, de mujeres luchadoras. Nos acoge con embrujo, con su salsa de alegría y retranca. Pueblo soñador y pilar en nuestra economía pesquera, respetuoso con otras confesiones.
En 1834-5 Mendizábal envío al destierro órdenes religiosas, subastando sus pertenencias a su antojo. Los monasterios fueron saqueados, los archivos y documentos circularon en nubes de oscuridad. Su abandono, o mal usanza, provocó deterioro.
El de Poio lo destinaron a escuelas, juzgado y alcaldía; ocupaban una ala, dejando en ruindad el resto; la iglesia, colador de lágrimas celestes, paredes luciendo moho y propensas al desplome.
En 1890 enviaron a los mercedarios para su ocupación y restauración. Muchos esfuerzos, trabajos, peligros. Ya en condiciones iban a celebrar la festividad de "La Virgen de la Merced", 24 de septiembre. Habían solicitado a la ciudad Condal "imagen de la Virgen", dando pie a los acontecimientos.
En dicho año, llega a Marín un navío que transportaba la imagen, sufriendo averías. El pueblo marinense rescatan a los navegantes y, en sus navíos, llevan en procesión a la Virgen hasta la explanada de la Barca. A pie, cantando y rezando, la trasladan al monasterio de Poio, en la víspera. ¡Quedaron de piedra! Ya estaba colocada una imagen traída de Conxo.
Los mercedarios recibió la procesión y la imagen; celebrada la festividad, de mutuo acuerdo, la ubicaron en una capilla de un albergue sanitario, hoy Sanatorio de La Merced. Este es el inicio de una romería muy querida por fieles de distintas parroquias. Estableciendo el inicio a las 22 horas del 23 de septiembre.
En 1990 Marín conmemora este recuerdo. Del Sanatorio de la Merced, llevan la imagen a Marín, recibida en la tarde del 20 por gran multitud; conducida al templo parroquial, acompañada por grupos de gaitas. Los marinenses celebran un triduo entre sus dos patronos: San Miguel y la Virgen del Carmen, honrando a la "Merced".
El 23 el barco Patacón la lleva en procesión marítima, acompañada de embarcaciones de bellos adornos, cánticos y rezos. Salen del muelle comercial de Marín y atracan en la explanada de la Barca, en Poio.
La esperaban distintos colectivos de Pontevedra, Grove, Villagarcía, de distintos lugares. Se concentró una gran multitud mariana, que recibió a la Virgen con aplausos y cánticos. Inician, a pie, la romería, acompañada de autoridades, creyentes y mercedarios.
En el camino se unieron con los de Campelo, Campañó, que portaban su imagen de La Merced. Juntos llegan al campillo de San Juan; son recibidos e invitados a la iglesia. ¡Tanta multitud, tanta advocación! Hubo que utilizar el Claustro de las Procesiones.
¡Ya en la Eucaristía! Érguete del Grove, ofrece a María un gran pulpo sintético. Cada tentáculo llevaba mensaje del espíritu mercedario: luchar contra la esclavitud física, mental; contra la drogadicción: de un tentáculo caen jeringuillas y agujas rotas, suplicando "Madre de la Merced, líbranos de la droga". Fue una ceremonia muy emotiva, con mensajes angustiosos. El sida se había llevado a lo desconocido muchos jóvenes; otros, eran sufridores de este mal.
Fotografía: @Monasterio de Poio.
Ya está cerca el día de la peregrinación mariana: fieles de distintos lugares, se reúnen en el Sanatorio de la Merced, iniciando la romería a las 22 horas. En el camino se les unen imágenes de otras parroquias.
Se celebra el VIII Centenario de la fundación de la Orden Mercedaria. El Papa Francisco concedió indulgencia plenaria a los fieles que visiten cualquier iglesia de la Merced y participen en la Eucaristía.
Las fuentes de esta narración fueron aportadas por el Padre Iñaky, mercedario y párroco. Reconoce y agradece a todos los fieles su andadura mariana y en especial, a la villa de Marín. Ella fue el origen de esta dulce romería.
¡Salud, buen caminar y fortuna!
Pedro de Lorenzo y Macías.