José Antonio Gómez Novoa
Ventana Indiscreta: Estación de paso
Escuché a algún político aquella frase en la que afirmaba que "en la política hay que estar de paso, no para toda la vida". No parece ser un premisa fundamental a la luz de las reticencias que muestran para abandonarla cuando sobre ellos asoman realidades que les invitan a "retirarse".
Hay también muy buena gente en la política, personas que quieren transformar la realidad y que son un ejemplo, pero cada vez me inclino más (lo veo en mi entorno), que la mayor parte de nuestros mejores ciudadanos no quieren estar en ese ámbito.
En la práctica nos encontramos con muchos políticos que llevan toda la vida en ella, sin conocer otra profesión u oficio, sin apenas experiencia vital, y ello conlleva el no ser referentes en nada. No han tenido la oportunidad de observar, aprender, crecer, caer levantarse, trabajar en precario, en definitiva "vivir".
Algunos muy conocidos, Rubalcaba, Juan Carlos Monedero, Gerardo Iglesias, Juan Carlos Monedero e Irene Lozano, que nos podrán gustar más o menos, han regresado a su trabajo en origen, profesores de Universidad de Química orgánica, Ciencias Políticas, minero y filósofa/escritora la última, demuestran lo fundamental que es, la existencia de un antes y después.
No están preparados para el salto al vacío, que significa el "me voy", porque no asumen las disyuntivas que se presentan el día después. ¿Qué voy a hacer sin coche oficial, escolta y conductor?, ya nadie me llamará, no estaré en la pomada. En su cerebro tienen sellada la palabra, "aguantar, aguantar, aguantar". Hoy diluvia sobre mí cabeza, pero en poco tiempo se cumplirá el dicho campesino: siempre que llueve, escampa.
Y, lo que más me asombra que personas, supuestamente preparadas, con buena trayectoria, presumiblemente inteligentes como la exministra de Sanidad no sean capaces de decir que no a determinadas prebendas, y que sabiendo perfectamente lo que estaba pasando con los alumnos “escogidos” del máster de la Universidad Rey Juan Carlos tuviera el desparpajo de aceptar una cartera ministerial. Dicho esto, bienvenida la conjugación del verbo dimitir a la política española.