Roberto C. Agís Balboa
Un cambio de hora, pero el mismo tiempo
Hace años, allá por los 80s, cuando era niño, recuerdo el típico reloj de cocina o de salón, los relojes de péndulo, el reloj de agujas al que se le daba cuerda, los de cuco, los relojes de pulsera que eran un regalo común en las bodas, comuniónes… Parecía más importante el instrumento per se (su belleza, tamaño, material…) que su función (medir o indicar el tiempo). Recordáis el ruido del segundero de algunos relojes con cada movimiento de aguja, más que un tic tac, un clac, clac, clac… ¿Os acordáis de la llegada de los relojes digitales? Los míticos relojes “Casio” y los relojes con calculadora, sumergibles ¿a cuántos metros era el tuyo? ¿no se empañaba la pantalla? Alguno estropeo el reloj solo por probar, jajaja …aún alguno debe quedar por casa o en el fondo del mar.
El tiempo ha pasado y los tiempos han cambiado, nunca mejor dicho. Ahora todo Dios tiene un móvil y la hora se puede ver en cualquier dispositivo electrónico. El trabajo se lleva para casa gracias a tanto adelanto ¡Los jefes y empresas estarán contentos! Localizable 24/7. El tiempo cuenta para todo, ¿es por ello que la mayoría son contractos temporales, sin pago de horas extras, ni siquiera de un sueldo mínimo decente? Creo todos entienden…Y las pesadas notificaciones que, si no las bloqueas, te pueden bloquear ellas a ti ¡Por favor, aquellos que no les quitan el sonido, hacedlo ya! El típico/a usando el WhatsApp y el teléfono clin, clin, clin, clin… campana y se acabó! Tantos medidores de tiempo que al final muchas veces solo llevan a una cosa curiosa… hacernos perder lo más valioso que tenemos: nuestro tiempo.
Yo ya no uso reloj desde hace años, simplemente por comodidad y porque llevas el móvil a todos lados. Una vez te acostumbras a ir sin él en la muñeca, no lo notas en falta. Otros dispositivos, aplicaciones, notificaciones… suplen su función. Sin embargo, los relojes siguen de moda para mucha gente, no digamos los fashion followers. Algunos valen un pastizal y son símbolo también de moda, de clase, de poderío económico… Surgen nuevas líneas de relojes que se usan para correr, nadar, saltar en paracaídas… los hay que solo les falta cocinar. Tantas cosas que hacer para tanto tiempo perder…
Aunque no lo creamos, parece que nos hemos convertido en esclavos de nuestras maquinitas y pensamos que no tenemos tiempo a nada, ni a ver amigos, ni a hablar cara a cara… Solo hay tiempo para redes sociales, juegos, el mundo global del internet… ¿y el mundo real, tangible?, ese no interesa o que espere, hasta que tenga tiempo.... ¡Craso error! El tiempo nunca vuelve ni se puede recuperar. Una vez pasó, se fue para siempre ¡C´est la vie! El resultado de todos estos cambios que han ocurrido en tiempo record en la sociedad del nuevo milenio, es que han cambiado también nuestra manera de manejar nuestro tiempo, es decir, nuestra vida. Las consecuencias de todo esto se verán precisamente con el tiempo, ¿cuánto? No lo sé, años, décadas… nunca.
Para acabar, parece que también se va a cambiar nuestro marco temporal del día a día: se quiere suprimir el cambio de hora. ¿Se hacía para ahorrar energía? ¿para sincronizar el mundo con la vida o la vida con el mundo (de todos o de unos pocos)? ¿quién lo decidirá? ¿Se pensará en lo mejor para todos o para unos pocos? ¿será cuestión de intereses…? y tú ¿sabes cómo te afectará en tu vida diaria? El cambio de hora se hará, pero el tiempo que tendremos será el mismo. No es el tiempo lo que importa, sino lo que hagas con él. "¡¡¡Libre!!! como el sol cuando amanece, yo soy libre como el mar…"