José Antonio Gómez Novoa
Ventana indiscreta: El ojo que todo lo ve
Ha llegado el mes de septiembre, y me encuentro mirando al más allá en el sofá, ensimismado en las redes sociales, y no deja de sorprenderme cómo están presentes y controlan todos los aspectos de nuestra vida. No soy un adicto, pero me preocupa que estén supervisados en todo momento nuestros movimientos, acciones y que sepan todo de nosotros.
No recuerdo, haber realizado ninguna consulta sobre calvicie, pero Facebook me envía información sobre tratamientos capilares en España y en Turquía, me hablan de preguntas frecuentes sobre los implantes, me miro al espejo y digo, caramba, es verdad te estás quedando calvo.
Twitter no se queda atrás, es un poco más tétrico, me asola, me deprime cada día, con el mensaje: ¿Sabe usted cuáles pueden ser sus gastos funerarios?, ahorre un 30% en inhumación y un 50% en su féretro. No, por favor, se me va caer todo el pelo y pronostican mi muerte en poco tiempo.
Han analizado mis big data (creo que se dice así): imágenes, likes, videos, estados, emoticones y concluyen, pese a lo precavido que soy en mis entradas que mi futuro es poco halagüeño en lo estético y en lo que es más grave, la salud de mi cuerpo serrano.
Google Maps, también sabe en tiempo real dónde estoy, mi origen, destino, los sitios, rutas y garitos que frecuento. Cualquier movimiento le ocupa, y me preocupa que hoy he ido a tomar un café al bar de la esquina y de inmediato recibo un mensaje dónde me indica que haga una foto y que valore si el café estaba muy cargado o no.
Pero cuando me doy cuenta que el control de mi intimidad no está en nuestras manos, es cuando hace unos minutos realizo una llamada a mi compañía de teléfono relatando una avería en el router, y desde la lejanía me indica las marcas exactas de todos los dispositivos de mi casa: Tiene vd conectada una televisión….. dos teléfonos…., una tablet, y juro por tutakis que todos son de marcas diferentes, y no he comprado ninguno de ellos en esa empresa.
Lamentablemente no sólo sesgan la información, y nos envían la que nos interesa según el perfil que ellos creen que tenemos, o en realidad tenemos, sino lo que es más grave, nos siguen. Antes cuando alguien nos seguía de continuo corríamos, nos enfrentábamos o llámabamos al 112, ahora tan contentos. Sí amigos, quizás el futuro no nos pertenece………….. @novoa48