Bernardo Sartier
Entre el cortaplumas y la empanada
Que el Bloque era Beiras lo sabíamos todos. Menos el Bloque. Mientras los nacionalistas sigan encadenados a la batea de su ideólogo de cabecera, Francisco Rodríguez, continuarán de fracaso en fracaso hasta la derrota final.
Por otro lado, Guillerme anima poco a confiar en una organización hermética en lo político y tozuda en lo ideológico con su voz ronca de sindicalista del metal. Y aquí ya no se impone una reflexión, típico tópico de la debacle, sino un diván colectivo y psicoanalítico para una rencarnación: "tómese otra, Sr. Bloque", "síntollo, téñolle vez co meu psiquiatra electoral".
Guillerme daría cojonudo como jefe de la Ciga, tiene tono, timbre, centímetros y belicosidad, pero por eso mismo sería incapaz de follar con el cuerpo electoral porque ese cuerpo quiere que le mordisqueen el cuello, que le chupeteen la oreja y que luego le introduzcan la papeleta en la urna.
Y Guillerme no es Kennedy. Guillerme, al que todos tenemos por un buen tipo, es electoralmente como el Belcebú de la novela de Ira Levin tirándose a Mía Farrow y engendrándole a la bestia. Allí Mía hacía de débil y demoscópica, tal que el electorado, que exige que se la metan suave. Y para esto nadie mejor que un joven de Os Peares, de origen humilde y que llegó a tecnócrata. Feijoo sería, entonces, como el novio educado, estudioso y con posibles al que todas las mamás quieren por yerno, o sea, un seductor electoral.
Lo que tiene delito es lo de Rosa Díez, que dice que va a "abrir" ("sic") un análisis para ver por qué no se gana en Galicia. ¡Por los clavos de Cristo, Rosa! Si Rajoy tenía mucho de gallego, "en el peor de los sentidos" ¿te acuerdas? cómo carallo van a votarte. Que nos chamen pais do vento pase, pero que nos pidan o cipote para hinchar una roda, eso si que non.
De Cuiña y de Bascuas lo mejor que se puede decir es que se les gripó el camionazo años treinta que apalancaron al lado de San Francisco: la venganza nunca fue buena consejera electoral y Rafa está demasiado empeñado en devolver agravios, que yo creo que más que otra cosa son como un trastorno obsesivo. El día que Rafa mate al padre podrá intentar algo en política.
Me queda Beiras, que es como el Hannibal Lecter de "El silencio de los inocentes", capaz de seducir con su cultura melómana y culinaria a cualquiera y también de clavarle un cortaplumas en el vientre al enemigo político mientras le susurra que se tranquilice porque morirá rápido, y cuanto más resistencia haga más se incrementará el dolor.
Y el Psoe. El mejor resumen que se puede hacer es una foto del crepúsculo electoral en el que Meijón habla con un correligionario. Al lado, una empanada. Es eso lo que mejor simboliza el hoy del partido de la rosa. Una empanada.